AL NATURAL

Desde aquel sobrero de Mayalde: El Juli y su impronta en El Bibio


martes 18 julio, 2023

El torero madrileño será el segundo torero en protagonizar una encerrona en la plaza gijonesa en la 'era' Circuitos Taurinos

El Juli Gijón (1)
El Juli en el patio de cuadrillas de El Bibio, en Gijón © Emilio Méndez

Era un 13 de agosto más en aquella plaza que comenzaba a albergar algo más de público tras una deriva frenética que la había hecho caer casi hasta el ostracismo de las figuras, que tenían destinos mucho más atractivos para hacer el paseíllo en el mes de agosto. Gijón venía de una época en la que se había caído el toro, la feria y la tauromaquia en general, con un pequeño reducto de aficionados que servirían después de rescoldo para la recuperación de la grandeza.

Eran los años de principio de siglo, los primeros de Circuitos Taurinos al frente de El Bibio, donde desembarcó la empresa desde A Coruña, hoy defenestrada por no tener la suerte de gozar del trabajo que sí se hizo en Gijón. Yo también estaba allí, en aquel exilio editorial que sufrí en Oviedo durante tres años y medio, y que me acercó a Gijón como la tabla de salvación de mi veneno taurómaco. Estaba yo y estaba, El Juli anunciado con una corridita de Torrestrella de las que entonces se estilaban cuando te anunciabas con El Cordobés y Rivera Ordóñez, que entonces tenían su tirón por aquellos pagos.

Un encastado sobrero de Mayalde en una corridita de Torrestrella

El día anterior, en corrales, había estado viendo un toro del Conde de Mayalde estrecho de carnes, generoso de cara -para ser Gijón-, avieso de mirada y nervioso de ademanes, porque quería saltar como fuese de los corrales a los pasillos. «Pobrecito del que le toque esta prenda…», comenté con Cali, el entonces corralero de Gijón. La cara que puso él no tenía desperdicio. Y es que era un sobrero, sí, pero lo que tienen los sobreros es que hay veces que salen.

Y este salió aquel 13 de agosto de 2005 para cerrar aquella corrida de medias tintas donde un encierro de Torrestrella que no podía tener mejores hechuras tuvo las arrancadas menos buenas. Y menos generosas. De hecho, el sexto ni siquiera llegó al tercio de muleta. Cuando Damián -el añorado Damián- salió al tercio con el cartel que anunciaba a Nabori, número 48 del Conde de Mayalde, no pude evitar dar un respingo; allí estaba la prenda para Julián. Todita para él, que había venido a desengrasar un poco su mes de agosto con la amabilidad de la plaza de El Bibio.

La verdad es que esperaba que se lo quitase de en medio sin más historia. No creí que una figura del toreo fuera a darle ni media importancia a una rata sabia como aquella, de una ganadería que entonces aún no había escrito su historia en Gijón. Pero ni había confiado yo en la bravura del toro ni tampoco en la raza torera de Julián, que protagonizó con aquel toro una pelea de verdades; a ver quién lo hacía todo con más sinceridad, con más entrega, con más compromiso. Y allí, aquel 13 de agosto de un 2005 que apuntaba olvido, fraguó Julián López Escobar su leyenda en esta plaza y también la de Mayalde.

El idilio y el compromiso de Julián con la que ya es una de sus plazas

Desde entonces hasta ahora Julián no ha faltado Jamás a su cita con El Bibio. Desde su anuncio con la de Mayalde para formarle una zaragata espectacular al toro menos definido que ha llegado a la muleta en el toreom hasta su mano a mano inolvidable con Miguel Ángel Perera, tras el que todo Gijón salía pegando naturales camino de la playa de San Lorenzo.

Precisamente ha sido Miguel Ángel Perera -ídolo en El Bibio- el único en anunciarse con seis toros -de Jandilla fueron- en la arena de Gijón en toda la ‘era’ Circuitos Taurinos. Hasta un rabo paseó el extremeño en una tarde donde no se dejó nada por hacer. Ahora amenaza Julián con superar aquella proeza en una plaza que lo ha visto gigante como torero y en la que en muy pocas ocasiones ha dejado de triunfar. Ni de arrimar el hombro, porque también Julián fue uno de los que exigió a la anterior alcaldesa el regreso de los toros a la que es, sin duda, una de sus plazas.

Este 2023, cuando el toreo vuelve a la centenaria plaza de El Bibio y el torero madrileño cumple sus bodas de plata de alternativa, ambos lo celebrarán como si estuvieran solos con un toro en aquella arena.