La bicefalia de Plaza 1, la UTE que gestiona los destinos de la primera plaza del mundo, ya tiene un plan director. Simón Casas, presidente de la entidad, y Rafael García Garrido, director general de ésta, ya se han sentado a perfilar la ‘carta a los Reyes Magos’ que quieren tener lista para el mes de enero, dado que será el día 30 de ese mes cuando se celebrará la tradicional gala en la que se presentarán los carteles de San Isidro 2025. Antes, claro está, esos deseos iniciales deberán hacerse realidad después de las correspondientes negociaciones, algunas de las cuales ya han tenido los primeros contactos.
Entre las intenciones de la empresa está, desde luego, el éxito de asistencia que se produjo el año pasado, con más de 20 llenos en una feria de 29 festejos, lo que no será nada fácil, pero tampoco imposible, como ya demostró el pasado año la propia gerencia. Para lograrlo, son varios los factores que maneja la empresa como reclamo, pero el primero, como en todas las ferias, es la presencia de las figuras. O, más bien, de los toreros que más gente convocan en las plazas. Y ahí sobresalen dos toreros: Andrés Roca Rey y José Antonio Morante de la Puebla.
Con el primero ya han tenido un primer cambio de impresiones este fin de semana, aprovechando su presencia en Madrid para participar en el festival de Vistalegre. Ha sido, además, el inicio de la primera contratación del peruano en manos de su hermano Fernando, nuevo gestor de la carrera de Andrés en nombre de la empresa que ahora lo representa. La principal duda será en si estará dos o tres tardes en una plaza donde salió herido y vilipendiado la pasada feria de Otoño y donde estará por su ambición y por su raza torera, pero que realmente no necesitaría para seguir siendo el principal baluarte de las taquillas.
El otro es el que anda perdido -desgraciadamente- por Europa, buscando su ser, su esencia y su equilibrio, lo que no es nada fácil cuando uno padece enfermedades como la de José Antonio. Al sevillano se le ha podido ver en las Redes Sociales en distintos lugares del continente, buscando telas para sus nuevos vestidos, lo que hace ilusionarse a los aficionados con un pronto regreso a los ruedos. ‘Ajolá’, que diría el otro.
Después está la aristocracia del escalafón -para no llamarles figuras a unos y no meter ahí a los otros-. Todos ellos buscarán las tres fechas en el abono, tengan o no sentido por méritos conseguidos. Talavante las tendrá; muy mal se tiene que poner la cosa para que su apoderado, Simón Casas, no le garantice otro ‘kilo’ allá por el mes de mayo. Es fácil, además, que también tenga Castella esas tres tardes, siendo una de ellas un evento especial -según tiene intención el francés- por sus 25 años de alternativa. ¿Una corrida de La Quinta en Las Ventas? No es ninguna utopía.
Pero tampoco lo sería que Tomás Rufo -por ejemplo- matase la corrida de Victorino Martín y otras dos en el abono. No en vano lo apodera el gerente de la empresa, Víctor de la Serna, que es como decir que lo apodera la propia entidad gestora. Esa corrida de Victorino es, precisamente, el caramelo de la feria, dentro de la dificultad que siempre encierra una corrida de la A coronada. De hecho, será fácil encontrar en ese cartel al triunfador del pasado año, Borja Jiménez, que será de los que pise otras tres veces la arena venteña por lo demostrado en el ruedo. Y porque es, hoy por hoy, uno de los toreros más completos y demandados por la afición de Madrid.
También lo es Juan Ortega, pero ese va un poco por libre. No es la cantidad lo que busca el sevillano, sino la calidad en las contrataciones, y mirará más bien por su objetivo, que es alcanzar en Madrid ese nivel de toreo que viene demostrando en otras plazas y que anoche se hizo presente por momentos en su confirmación mexicana. Lo lógico sería que fuese a dos tardes muy bien rematadas y que no pretenda experimento alguno como el de Román Sorando del pasado año, que es una ganadería extraordinaria, pero a Madrid, en tus circunstancias, tienes que ir con otra cosa.
Igual que Daniel Luque, cuyo año 2025 debe ser, tal vez, el más importante de su carrera, y Madrid es el escenario que no puede dejar que pase sin triunfo, si quiere demostrar que es el torero más capaz y redondo de cuantos se enfundan un vestido de torear a día de hoy, porque es fundamental para él que el gran público comience a saber lo que guarda en la chistera. Como lo hace con Emilio de Justo cada vez que pisa el ruedo grande de Madrid. Ambos son de los toreros que buscarán esas dos tardes redondas, quizá tres si alguno se encuentra con una casualidad que haga confluir sus intereses con los de otro.
También Fernando Adrián, que cuenta sus tardes por puertas grandes, y que este domingo selló una de las actuaciones más rotundas de su año con un gran toro de Domingo Hernández en Vistalegre. Y eso que ha sumado puertas grandes en Madrid, Nimes, Bayona, Albacete, Castellón, Cuenca, Palencia, Almería… pero, sobre todo, su gran apuesta de Beneficencia tras quedarse fuera del pasado San Isidro. Aquello valió mucho más por lo que tras ello había, y eso le hará merecedor de otras tres tardes en la próxima Feria, siendo otra de las bases del abono.
Eso le sucedió el pasado año a Paco Ureña, que hizo dos paseíllos en el abono y uno más en la corrida In Memoriam, que volverá a celebrarse en 2025 con otro cartel rematado. El murciano, por su parte, blandirá la oreja cortada en Otoño para estar en el abono isidril en dos ocasiones, con su independencia a cuestas. Y en esas mismas andarán Román y David Galván, dos de los toreros que salieron reforzados del San Isidro anterior, en el que también Isaac Fonseca paseó la oreja que le permitirá ahora reivindicar un sitio que Víctor Hernández y Miguel Ángel Perera firmaron en la Feria de Otoño.
Ese es, a grandes rasgos, el esqueleto inicial de una feria que tendrá muchos más toreros, y donde se cotizará la antigüedad de un rejuvenecido Rafael de Julia, que ha vuelto a generar esperanzas con su toreo, lo mismo que la presencia de los toreros que confirmarán su alternativa, entre los que sobresale un Jarocho que ya debería tener firmada su presencia como la tuvo Navalón en Otoño para ganarse, con una oreja, su regreso en primavera. En esa misma tesitura estarían Alejandro Peñaranda e Ismael Martín, que pasearon una oreja cada uno en su última actuación en este ruedo, aunque fuera de novilleros y ya sean matadores los dos. Como lo son Nek Romero y Mario Navas, dos de los nombres propios de Madrid el pasado año en el escalafón inferior. Como lo es Manuel Disoleguarde desde hace tres temporadas y aún no ha confirmado en Madrid, donde este mes de mayo puede haber hueco para él.
Un último apartado -además de los toreros de ferias habituales, que no tendrán problema para ver su nombre reflejado- es para los toreros que, sin estar el pasado año, dejaron actuaciones en Las Ventas para regresar cuando llegue San Isidro, tales como Morenito de Aranda, Juan de Castilla, Miguel de Pablo y Fortes. Todos ellos tienen todavía mucho guardado para ofrecer a Madrid y se ganaron su presencia con dos espectaculares temporadas, los dos primeros, y con actuaciones de un meritorio valor artístico, en Madrid y fuera de Las Ventas, los dos últimos.
Esos deberían ser los presentes en la carta a los Reyes Magos de Rafa y de Simón. Pero, claro, se tienen que haber portado bien durante el año…