Si hace unas semanas este medio alertaba de la importancia de elaborar pliegos seguros desde las entidades propietarias de plazas de toros que salgan a concurso –sobre todo Ayuntamientos-, ahora, y conforme la fecha del 16 de agosto se acerca –día en el que arrancaría la próxima Feria del Prado de Ciudad Real-, esa alerta se hace mucho más que evidente. Porque de un pliego mal concebido se derivan problemas enormes que pueden suponer, en muchos casos, agujeros económicos graves. Y lo más importante: que una ciudad se pueda quedar sin Feria.
Por poner en contexto, este año han vuelto las corridas a la plaza de toros de Ciudad Real tras cuatro temporadas sin festejos ya que, además del Covid, el coso ha estado inmerso en unas relevantes obras de rehabilitación. Tras haberse otorgado una subvención a dos festejos de reinauguración -la corrida del pasado 27 de abril y el festival de toreros de la tierra, que tendrá lugar el 29 de junio-, se ha dejado al albur y sin ayudas la Feria del Prado de agosto, con sumas exigencias en el pliego, además de haber puesto en marcha el concurso en un tiempo muy cercano a la fecha de celebración de festejos –con lo que ello supone en el complejo sistema taurino, en el que las contrataciones de figuras se hacen con mucho tiempo de antelación y también de las ganaderías, en el contexto además de un año de falta de toros en el campo-.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que gran parte de los toreros de interés -de la parte alta del escalafón- ya los ha visto la afición este año –en la reinauguración torearon Morante, De Justo y Roca Rey y en el festival del día 29 van a tomar parte todos los toreros y novilleros de la provincia-. Por todo ello, la del concurso de Ciudad Real por parte del Ayuntamiento ya es una de las gestiones públicas más controvertidas de una plaza de toros de las últimas temporadas.
Y el resultado ha sido que sólo dos empresas, de entre todo el toreo, han presentado sus ofertas: Eventos Mare Nostrum, con Nacho Lloret como cabeza visible, y Toriles del Sol, dirigida por Eloy Lillo.
Tras el concurso, que tendrá que resolverse en la primera semana de julio, ya se ha anunciado que habrá recursos, con los plazos que ello supone en cuanto a su resolución judicial: además de los 15 días hábiles desde que se resuelva el concurso hasta la firma del contrato, las contestaciones del juez al recurso pueden alargarse incluso un mes, lo que supone que sea a mediados de agosto, por lo que no habría tiempo material para organizar una Feria que debe celebrarse el fin de semana del 16, 17 y 18 de ese mes. Y también hay que tener en cuenta que gran parte de las figuras ya están contratadas en esas fechas para otras Ferias de la importancia de Dax, Béziers, Gijón, Almería, Guijuelo…
El resultado de no hacer bien las cosas desde las Administraciones públicas y que ello repercuta en el que menos culpa tiene: el aficionado.