Con tan sólo un festejo en el horizonte -el 15 de agosto en Almendralejo-, la temporada se le presenta muy cuesta arriba a Manuel Jesús ‘El Cid’, un espada que el pasado año vivió una situación similar al quedarse fuera de ferias como Castellón, Valencia, Madrid, Pamplona o Bilbao. Un diestro al que no le valieron triunfos como el cosechado con la corrida de Victorino para al menos coger alguna sustitución en plazas de relevancia. Su triunfo en Albacete allá por el mes de septiembre le abrió las puertas de Madrid, coso donde se le había quitado a última hora de las combinaciones de San Isidro, pero sustituyó a Morante el 12 de octubre, en una tarde sin suerte.
El sevillano, pese a terminar la temporada con una cifra no muy alta de festejos, no dijo una palabra más alta que otra y se metió de lleno en el campo para afrontar un invierno donde la mente estaba otra vez puesta en esas plazas de máxima responsabilidad. Manuel sabía que la lucha por entrar en ferias cortas iba a estar complicado, pero confiaba en poder estar presentes en esos abonos donde el número de festejos es más alto.
Sevilla le volvió a llamar, esta vez para anunciarse con los toros de La Quinta, al coso hispalense se sumó Zaragoza en su Feria de San Jorge, otra plaza de máxima importancia donde también trenzaría el paseíllo con un hierro de la rama Santa Coloma. Una oreja pasearía tanto en La Maestranza como en el coso de La Misericordia, en este último a un gran toro de Ana Romero con el que rozó la salida en hombros.
Ahora queda ver si ese triunfo cosechado en estas dos plazas de primera valen para ir subiéndose al carro de una temporada que echó a andar sin en esperar a que se pudiera subir al tren. El de Salteras sigue mirando de reojo a esa Francia taurina donde tampoco está anunciado en los carteles de sus ferias más relevantes, un país donde ha cosechado importantes triunfos con toros de distintos hierros y procedencias, esos que hicieron que dicha afición disfrutara con su toreo en tardes que ya son historia del país.
Pero al igual que pasara en 2023, el teléfono, de momento, no ha sonado más que para esas enhorabuenas de rigor que luego se las lleva el viento y para realizar tentaderos en esas casas ganaderas donde se sigue apostando por él para medir la bravura de los animales. De momento el de Salteras anda metido en el campo, se prepara para un verano donde, a buen seguro, tendrá la oportunidad de seguir sintiéndose pleno delante de la cara de los animales.