TEMPORADA 2024

Morante: lo que el destino quiera


jueves 19 octubre, 2023

A cinco meses exactos del día grande en Valencia, Morante deshoja la margarita para saber cuál es el camino correcto de cara a la recuperación total de su maltrecha muñeca derecha

Morante
Morante agradece una ovación en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Hace unas semanas que terminó una de las temporadas más duras para José Antonio Morante de la Puebla, un año complicado en el que, sin embargo, vivió uno de los momentos más felices de sus más de 25 años como matador de toros. Una paradoja que deja con un sabor agridulce a un torero que fue capaz de tocar el cielo allá por el mes de abril, pero sufrir un calvario cuando la temporada obligaba a redoblar esfuerzos.

Fueron dos fechas marcadas en el calendario, dos plazas, dos ganaderías, dos países. La cara de la moneda tuvo lugar el miércoles 26 de abril en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla con un toro de Gracigrande marcado a fuego con el hierro de Domingo Hernández, una tarde donde 52 años después un matador de toros cortaba un rabo en el coso del Baratillo, una tarde histórica, una faena colosal que le premiaría con la salida en hombros por la Puerta del Príncipe.

La cruz vendría varios meses después, concretamente el domingo 2 de julio en la localidad portuguesa de Vila Franca de Xira, cuando un toro de García Jiménez se lo llevó por delante nada más recibirlo el sevillano de capa. Tras ello, el torero cigarrero prosiguió toreando después de la cogida, dejando momentos de mucha enjundia, pero maltrecho. No obstante, se mantuvo con pundonor en el ruedo. Dio una vuelta al ruedo. El segundo toro de su lote fue un animal sin ninguna opción de triunfo.

Una lesión que le obligaría a parar en seco su temporada un total de tres veces. Reaparecería y cortaría temporalmente su temporada en Pamplona tras resentirse de la dolencia que tenía en su muñeca derecha. Reaparecería casi un mes después en Huesca, teniendo que parar nuevamente el 2 de septiembre tras su comparecencia en Ronda para la corrida Goyesca. Tanto el torero como los médicos se marcaron un plazo de 20 días para poder finalizar su temporada, pero esta se fue al traste el 29 de septiembre en Sevilla, cortando ahora sí su temporada para tratarse de su lesión.

Pese a los rumores de una retirada en silencio, nada hace presagiar que José Antonio tome esa decisión. Ya en 2023 quiso recortar el número de festejos a torear, bajando de los 100 del año anterior a algo más de la mitad. Pero será la temporada venidera donde Morante de la Puebla posiblemente vuelva a unos números más discretos, pivotando en Sevilla una temporada donde medirá allá donde se anuncie.

Una lesión que le ha llevado por el camino de la amargura en un 2023 donde tocó el cielo con las manos, una temporada donde el aficionado se quedó huérfano de ese toreo tan personal, de esa forma de estar delante de la cara del toro, de ese aroma a toreo en color blanco y negro. Pero para volver al 100%, si así lo aconsejan los médicos, José Antonio debería pasar por el quirófano tras la rotura del ligamento escafo-semilunar de la mano derecha, alejando así todos los fantasmas y permitiendo que no tuviera ningún tipo de molestias delante de la cara del toro.

Los aficionados esperan expectantes esa decisión por parte del torero cigarrero, esa que marcará luego un periodo de recuperación y la fecha idónea para volver a los ruedos. A día de hoy quedan cinco meses para una de las fechas más importantes del año taurino, el día de San José, esa en la que Valencia está en plena efervescencia con el día grande de sus fiestas. En 2023 decidió hacer su primer paseíllo de luces el Domingo de Resurrección en Sevilla, en 2024 será cuando el destino quiera, esperemos que este no dilate mucho la vuelta de un torero tan necesario para la fiesta.