Es verdad que, en nuestra cruzada por defender el respeto dentro de una plaza de toros -como en cualquier espectáculo público donde uno comparte espacio con más congéneres (no me atrevo a decir semejantes)- tomamos muchas veces la denominación de ‘7’ para dirigirnos a un puñado de exaltados que moran en ese tendido, que antes ocupaba gente que sabía de lo que hablaba. Y no es justo que metamos en ese saco a los aficionados que ocupan también ese tendido sin hacerse notar ni adoptar ese tipo de comportamientos.
Por eso hemos decidido publicar la carta que -de forma muy amable y respetuosa- nos envía uno de estos abonados de los que hablo, que no tienen por qué sufrir que siempre les incluyamos los periodistas en el cajón desastre que ampara la denominación ‘7’. Este es el contenido completo de la carta:
Estimado Sr. Hierro:
Tengo el honor de dirigirle estas líneas al hilo de su publicación «El 7 también embiste» del 24 del mes en curso en Cultoro. En ella, describe usted detallada y verazmente los malos usos y abusos comunicacionales de unos especímenes humanos que se aposentan en el tendido 7, sobre todo en dos periodos estacionales.
Y comete usted reiteradamente (nada original, extensible a muchos colegas suyos) un error de bulto. De gran bulto, diría yo, que tal vez simplifique su trabajo, pero que es profundamente injusto e inveraz: confunde(n) usted(s). machaconamente, la parte con el todo.
Mire, señor Hierro: el tendido 7 tiene un aforo de 2.300 localidades. Si ha intentado evaluar la cuantía de los antecitados especímenes, habrá podido comprobar que se trata de ¿50?, ¿60?, ¿100? Supongamos la cifra mayor: eso representa el 4,3% a aforo completo, cual era el caso del pasado festejo. No siempre está lleno el 7; una entrada muy frecuente es el quinto de entrada: entonces representan el 21,7%. En ambos casos es abusiva la asimilación al 100%.
El resto de los asistentes al tendido 7 consiste en aficionados, varios de sólida formación, o simples espectadores que tienen, al menos, un rasgo en común: la correcta forma de expresar su sentir ante lo que acaece en el ruedo.
Y ese sector minoritario que embiste se hace notar por todo lo contrario; por una parte, asienta en un fondo completamente errado, y por otra, las formas están inspiradas en la agitación callejera, tan ‘ostentórea’ como impropia de una actividad cultural.
En consecuencia, sería muy deseable y de estricta justicia que en las sucesivas ocasiones -que las habrá, con Roca Rey y otros- en que ese grupúsculo vuelva a sus embestidas, diferencie usted entre los dos tipos de moradores del tendido 7. Y me permito proponerle que nomine a los que embisten como «los borrokas del 7», en consonancia con su proceder.
Reciba un cordial saludo
Tomo nota, le agradezco su comunicación, sus formas y su paciencia en su localidad. Le garantizo, además, que el equipo de este portal no volverá a cometer ese error.
Un afectuoso saludo.