Son tiempos duros para algunas plazas de toros en un sector que se ha visto duramente golpeado por una pandemia que ha puesto a la población al límite. Pero no nos engañemos: esto ha sido la gota que colmó el vaso de una situación que ya veíamos sufriendo desde aquella crisis del 2009. Un sector que no ha sabido atajar a tiempo los problemas que estaban arrinconándolo: bajada de espectáculos, acoso y derribo por parte de cierta parte de la política, apagón informativo por parte de algunas televisiones, problemas estructurales… y un nombre, el de José Tomás, que es un auténtico oasis cada vez que se anuncia en una plaza de toros. Y Jaén esta temporada es el mejor ejemplo de ello.
Mucho antes de que llegara la pandemia, el sector dejó por el camino a muchos aficionados que veían cómo se cercenaban sus derechos de poder acudir a la plaza de toros de su pueblo o ciudad, y que por culpa de políticos y animalistas hicieron posible lo que hace poco tiempo parecía una quimera. Los antitaurinos son las hienas que van a la carroña y a lo débil, es decir, a la plaza que pasa por malos momentos, lugar donde la afición ya no acude como en otros cosos a sus festejos. Ahí tienen la excusa perfecta para atacarla.
Cataluña es un claro ejemplo de ello. Durante años hemos dejado que nos comieran terreno. Aún recuerdan muchos aficionados los festejos que se daban a lo largo y ancho del Mediterráneo. Corridas y novilladas de principio a fin de temporada. Quizás eso fue un espejismo, pero no es menos cierto que cuando pintaban bastos no fuimos capaces de defender a todos esos aficionados que vieron como quedaban abandonados por un sector que miró hacia otro lado. De esos polvos, estos lodos.
Luego llegaron las prohibiciones de los políticos, pero eso era la consecuencia de una dejadez, nadie ataca a una plaza con salud, sino que lo hacen con aquellas en horas bajas. Barcelona poco a poco se fue quedando sola hasta llegar un punto en el que los políticos la acorralaron. Es cierto que los toros no están prohibidos en toda Cataluña: el Constitucional fue claro al respecto. Por ello es necesario dar un golpe de mando, ponerse las pilas y plantar cara a todos aquellos que quieren acabar con el toreo. Es cierto que desde hace unos años el sector se ha puesto las pilas, gracias a la la ayuda de la FTL y a la Ley 18/2013, de 12 de noviembre, la tauromaquia pasa a ser regulada como patrimonio cultural inmaterial, eso sin duda ayuda a que cualquier servidor público quiera cercenar las libertades de aquellos que acuden libremente a los toros.
Pero para recuperar las plazas hace falta mucho más que buenas intenciones, hace falta un trabajo organizado, sabiendo que camino tomar, no vale con unos carteles en la calle y esperar que el aficionado responda. Estamos en una situación en la que hay que ir a buscar al aficionado, no es como antes en el que el ocio era escaso y la gente venía por inercia, hay que trabajar la plaza todo el año, ir puerta por puerta para conocer la impresión del aficionado. Pero si hablamos de toreros, hoy en día el único que puede llenar la plaza con su sola presencia es José Tomás, y de ello debería ser consciente. Si su amor por la tauromaquia es tan grande debería pensar que camino tomar para ayudar a una afición que lo echa de menos. A nosotros se nos ocurren seis plazas en las que su presencia revitalizar a una afición cansada y decepcionada. Sería el primer pasos de muchos otros.
Barcelona
Es la primera plaza que se nos viene a la cabeza. La Monumental ha sido testigo de innumerables tardes del torero de Galapagar. Estuvo el día de su cierre, y tiene que ser el propio José Tomás el que este presente el día de la vuelta de los toros a esta plaza que durante tantos años ha sido de las más importantes en el panorama taurino, español, europeo y mundial. Pero para su vuelta hace falta valentía, arrojo y ganas de trabajar. La simple presencia de José Tomás colmaría los tendidos de un plaza que aún tiene paginas que escribir. Pero su presencia debería ir unida de un atractivo abono. Cataluña y concretamente Barcelona aún tienen muchos aficionados que desean ver abiertas sus puertas. Barcelona es una ciudad abierta al mundo, esa apertura que tiene que tiene que ir de la mano de la tauromaquia.
Gijón
Gijón es de esas plazas que ha sufrido el totalitarismo político. De la mano de una alcaldesa a la que se le llena la boca hablando de libertad vemos como cercena a miles de aficionados con una excusa absurda que no está basada en nada. Es una de esas plazas que gozaba de buena salud, de un abono consolidado, riqueza para la ciudad y disfrute de los aficionados. Este año se va a ver obligada a cambiar la fecha por un capricho de su alcaldesa, por ello la figura de José Tomás debería ser indispensable para volver a darle ese empujón que necesita el cambio de fechas. Zuñiga sabe que puede tener un as bajo la manga que acaba por quitarle la razón a una mujer que se deja llevar más por sus gustos personales que por el de una ciudad que quiere toros.
Vitoria
El Ayuntamiento de PNV y PSE-EE, en su línea de no destinar recursos públicos a las corridas, no negoció con ningún empresario después de que en 2017 quedara desierto el concurso de explotación de plaza de toros. No hizo falta la prohibición ya que el ahogo que sufrían los que allí se presentaban por parte del consistorial hacía inviable la celebración de festejos. Por ello se antoja fundamental que un empresario valiente se eche a la espalda el petate de la fiesta y se implique por dar toros en Vitoria. Dejar a un lado medianías y sacar de su letargo a una afición que ha tenido que amigar a plazas como Bilbao, San Sebastián o Azpeitia. José Tomás sería un reclamo para volver a llevar al Iradier Arena a esa afición taurina. Sin duda sería un torero que volvería a reflotar a una afición dormida… si el Ayuntamiento no prohíbe indirectamente los toros como está haciendo.
Cáceres
Como Oviedo, es una plaza que necesita de una reforma para dar toros. Es un edificio que está infrautilizado y, en cierto modo, también abandonado. Desde 2016 se sabe que hay que arreglar su cubierta pero aún no se ha hecho ninguna obra. La plaza de toros es un bien de interés cultural, por lo que habría que respetar su estructura en una futura obra. No se entiende cómo una zona de tanta tradición taurina lleva desde hace años sin dar festejos taurinos por una decisión de su consistorio de no ayudar económicamente a los toros. Sería por tanto otra plaza en la que José Tomás debería estar cuando se solucionaran todos estos problemas y se pudieran dar toros en una plaza con más solera de cuantas hay en nuestra piel de toro.
La Coruña
En una situación similar a Vitoria está La Coruña, uno de los últimos bastiones de Galicia junto a Pontevedra. y plaza que gozaba de una gran salud. El Gobierno de la Marea Atlántica inició en 2015 los trámites para la suspensión de la Feria Taurina. El alquiler del Coliseum, el coste del montaje de la plaza de toros o la cesión de la banda de música eran gastos con los que se hacía difícilmente viable dar festejos.
Oviedo
Vecina de la muy taurina Gijón, es una plaza que lleva 15 años cerrada, la cual está deteriorada, necesitando una lavado de cara importante. Desde que en San Mateo del año 2007 se celebrara la última corrida con Jesulín de Ubrique, El Cordobés y Rivera Ordoñez en el cartel se ha visto abocada al cierre. La plaza de Buenavista cuenta con más de 130 años de existencia, levantada en 1876, cuenta con una gran historia detrás. El Ayuntamiento de Oviedo ha intentado en varias ocasiones dar un uso a la plaza, pero por el momento sigue clausurada y sin futuro cierto.