Los toros se parecen más de lo que creemos a las personas. Sufren patologías similares y cambios de ánimo; tienen un vínculo muy estrecho con sus crías… y la historia que a continuación vamos a contar así lo refleja. Tiene que ver con un semental que perdió la visión de la ganadería de El Añadío, que pasta en tierras de la provincia de Jaén. Un toro que hasta ahora no había cubierto ninguna vaca, pero que llevaba por sus venas la sangre Coquilla que tanto bien hizo en esta casa.
Su propietaria, María Jesús Gualda, lo quería proteger a toda costa, quería probarlo y ver si era capaz de perpetuar esa sangre en su casa. Al contrario que pasa en las ganaderías de manso o en otro tipo de explotaciones, aquí se respeta al semental. La ganadera podría optar por llevarlo al matadero debido a sus problemas de visión, pero el toro es mucho más que un reproductor, es una parte de la ganadería, por eso, este toro, morirá de viejo en la sierra jiennense.
Se dice que cuando se pierde un sentido, en este caso el de la vista, se agudizan otros. Este semental tiene desarrollado el olfato y el oído, lo que le ayuda la hora de orientarse. Sabe perfectamente en que lugar se encuentra el agua y el pienso, gracias a esos sentidos que tiene desarrollado puede orientarse.
Según palabras del mayoral «el toro se fue quedando ciego paulatinamente, no nació así desde chico». Pero el problema podría venir a la hora de echarle su lote de vacas, al no conocer el cerrado, y ser éste de grandes dimensiones, lo que pudiese hacer que se desorientase. «Junto a las vacas irá un buey, el toro seguirá el oído del cencerro y así no perderá a la piara de vacas. Luego gracias a su olfato dará fácilmente con ellas». El buey es su guía, digamos que podría ser su perro lazarillo.
Ya se intentó llevar una vez el toro a su lote de vacas pero debido a su ceguera se desorientó, esta vez se va a volver a intentar. Es esta ocasión se optó por llevarle a las vacas al cercado contiguo a donde estaba el semental, de esta manera el toro tendrá mucho más fácil dar con ellas. Una vez que esté ya con su piara de vacas será el olfato el que lo guíe.
El semental tuvo descendencia un año después
Al año siguiente los compañeros de Toros para Todos volvió a la finca El Añadío para ver al semental ciego, un toro que ya cubrió durante el pasado año y hoy ya tiene sus primeras crías. Parecía que iba a ser imposible, pero ya posee descendencia. La propia ganadera cuenta que en cercados tan grandes, y pese a tener el olfato tan acusado, no era capaz de dar con todas las hembras, por eso la solución fue llevarle a dichas hembras a su corral. «Pese a ello no nos daba la sensación de que estuviera cubriendo vacas porque no lo veíamos muy orientado con ellas, pero al tiempo nos encontramos con una sorpresa magnifica, las vacas estaban cubiertas».
Sin duda una gran noticia debido a que el semental ciego trae consigo una genealogía única, un toro que ya tiene siete becerros hijos suyos, sin duda alguna se vuelve a poner de manifiesto el cuidado que se le tiene al toro bravo en las ganaderías. En cualquier otra explotación sería carne de matadero, aquí no.