CAMPO BRAVO

Fernando Guzmán, el tesoro del encaste Santa Coloma que pasta en la Sierra de Madrid


jueves 3 febrero, 2022

Dos novilladas -una sin picar y otra picada- y una corrida de toros componen la camada 2022 del hierro madrileño de encaste Santa Coloma, pero lo importante está por venir, puesto que esta vacada se compone de noventa hembras.

Santa Coloma
Un toro de Fernando Guzmán. © Pablo Ramos

Hablar de Santa Coloma siempre es hacerlo de romanticismo y, sobre todo, de mucho amor al toro bravo. Por eso Fernando Guzmán, ganadero de la Sierra de Madrid, tiene claro que pone la pasión por encima de la rentabilidad en su centenaria ganadería, un hierro que comenzó a labrar su bisabuelo y que él mantiene con ahínco en su finca, ubicada en las cercanías de la localidad madrileña de Cabanillas de la Sierra.

Para esta temporada, tiene preparados cuatro animales cuatreños, dos cinqueños, una novillada de utreros y otra sin picadores, pero lo importante es lo que viene: el futuro es esperanzador para una vacada que cuenta con noventa hembras dividida en tres lotes. Y no es fácil hablar de esperanza en un encaste nada fácil y en un sector en el que es complicado siquiera mencionar la palabra apuesta por las circunstancias que rodean a la tauromaquia. Pero Fernando Guzmán es valiente.

La procedencia del Santa Coloma de Fernando Guzmán

Fernando Guzman Santa Coloma
Astado de Fernando Guzmán. © Pablo Ramos

La joya de Santa Coloma que hoy día tiene en sus manos Fernando Guzmán se funda en el año 1920 apor su bisabuelo, en la Guerra Civil se extingue y en 1940 su abuelo y su hermano, Fernando y Jesús Guzmán, rehacen la ganadería. Es en el año 1950 cuando a ésta llegan las primeras vacas de Santa Coloma, procedentes de María Dolores Juana de Cervantes, «ya que hasta entonces había vacas de distintas procedencias», explica Guzmán. «A raíz de ahí siguen distintas líneas de Santa Coloma, y en el año 82 se echa un semental de Hernandez Plá», detalla el ganadero.

«En el año 1987, se trae un semental de Murube y se cruza una pequeña punta de vacas de Santa Coloma con el semental de Viento Verde, de los hermanos Peralta«, expone Guzmán. A partir de ahí, la ganadería va en dos líneas, de Santa Coloma con Murube, «un cruce porque el mercado de mi padre eran los pueblos de Guadalajara y Madrid, que necesitaban un tipo de toro con más cara y más hueso, y nuestro toro se estaba quedando chico y con poca cara, por eso se hizo el cruce con Murube». Ese cruce «dio durante los primeros años cara y calidad, pero luego se fue degenerando y la ganadería perdió casta y movilidad».

Los últimos refrescamientos con un semental de Flor de Jara y otro de Los Maños

Fernando Guzman Vacas
Vacas y becerros de Fernando Guzmán. © Pablo Ramos

Ya es en el año 2008 cuando se hacen cargo de la ganadería sus hermanos y él y se decide quitar todo lo que venía de Murube y se empieza a refrescar la ganadería con Santa Coloma de Adolfo Rodríguez Montesinos, con 25 vacas y un semental de este hierro. «Tras esto, hemos ido trayendo sementales de estos años de esta ganadería, y el penúltimo refrescamiento que hemos hecho, ha sido una punta de 25 vacas de Flor de Jara y un semental, y nos han ido dejando diferentes sementales este mismo hierro».

El último refrescamiento que han realizado ha sido un semental de Los Maños en este mismo 2021. Actualmente tienen noventa vacas divididas en tres lotes. «La idea es ir creciendo. No nos queremos volver locos, pero queremos tener la ganadería en nuestra cabeza para nuestro disfrute«, concluye Guzmán.

FOTOS: PABLO RAMOS