CAMPO BRAVO

Así es toda la camada 2022 de Flor de Jara y sus ambiciosos planes para la temporada 2023


martes 1 marzo, 2022

El hierro madrileño de Flor de Jara, uno de los baluartes del encaste Santa Coloma, pasta en tierras de la localidad madrileña de Colmenar Viejo: estos son todos sus astados para 2022 tras el objetivo del fotógrafo Pablo Ramos.

Flor De Jara
Astado de Flor de Jara para esta temporada. © Pablo Ramos

La ganadería de Flor de Jara representa a uno de los baluartes del encaste Santa Coloma junto a hierros como el de La Quinta, Rehuelga o Ana Romero. Cuatro divisas que siguen de actualidad al estar anunciadas en muchas de las ferias que componen la piel de toro, así como en la Francia taurina. Dentro de la rama Santa Coloma la familia Buendía hizo un tipo de toro especial, le dio notoriedad a un encaste que durante muchos años regó de bravura el campo bravo. Las líneas Ibarra y Saltillo, cada una en su porcentaje le dan personalidad y sello a un encaste que en los últimos años ha vuelto a meter la cabeza.

Uno de los hándicap que tenía este encaste era el tamaño, animales que no se adaptaban a ese volumen que se exigía en las plazas de primera. Tras muchos años de arduo trabajo consiguieron un animal de mayor volumen con el que poder entrar en las principales ferias. Pero al pasar los años ya habían copado su hueco otras ganaderías, viéndose apartadas del mercado. Poco a poco y gracias al trabajo de los ganaderos esa puerta se abrió. Primero en novilladas y luego con corridas de toros; dichas divisas ya son insustituibles en las ferias.

Unas ferias en la que el tipo de toro que se exige va más acorde a su idiosincrasia: Santander, Gijón, Cuenca u otras de primera donde al toro no se les exige ese volumen. Paulatinamente, los equipos gubernativos y los aficionados se han dado cuanta que hay que exigir trapío conforme al tipo de encaste que se lidia, por lo que finalmente hierros de este encaste han podido entrar en plazas como Madrid.

Flor de Jara, sus cuatro novilladas picadas para 2022 y sus planes para la próxima temporada

Flor Jara
Astado de Flor de Jara. Pablo Ramos

Pero el caso que nos trae hoy es el de la divisa de Flor de Jara, antes Bucaré. Un hierro y una ganadería que cambió los suaves y llanos pastos de Bucaré por una orografía más quebrada y fría en la sierra de Madrid. Salió de la familia Buendía para recalar en la de Aragón Cancela. Hoy hablamos con su ganadero para que nos cuente el momento por el que pasa su ganadería, los objetivos para este 2022 y los años venideros, así como el tipo de toro que se cría en casa.

Muy buenas tardes, lo primero es tarde las gracias por atendernos, podría contarnos el origen de la ganadería, ¿cómo llega a vuestras manos?

«Muy buenas, gracias avosotros por contactar conmigo e interesaros por esta ganadería. Nuestra ganadería procede de la que hiciera Joaquín Buendía vía directa de Santa Coloma. Joaquín Buendía tenía 13 hijos, tras su muerte se dividió la ganadería original en tres lotes, surgió la oportunidad de comprar la parte que se lidiaba con el nombre de Bucaré y no perdimos dicha oportunidad. El hierro sigue siendo el 6 Coronado, nosotros lo único que hicimos fue cambiar el nombre por de Flor de Jara. La ganadería que tenemos y que en su tiempo tuvo la familia Buendía no es otra cosa que el mestizaje entre Ibarra y Saltillo».

Carlos, cuéntanos como se presenta la temporada que ya se nos viene encima.

«Para este 2022 tenemos cuatro novilladas picadas, y cuatro sin caballos, así como algún toro para las calles. La única novillada confirmada es la que lidiaremos en Cenicientos, pero las otras tres ya están compradas aunque no se puede decir el destino. Somos de lo poco puro que queda de Santa Coloma y eso juega a nuestro favor. Esta es una ganadería con una gran personalidad y eso gusta mucho a los aficionados.

¿Qué objetivos os marcáis para los próximos años?

Estamos centrados ahora en las novilladas, no tenemos toros para este año; salvo alguno suelto que irá para las calles. Decidimos esperar un poco para lidiar cuatreños. ¿Por qué?, pues muy fácil, te cuento. En casa tentamos muchos machos tanto de erales a campo abierto como en la plaza de tientas. Entonces viendo el resultado de esos sementales, y teniendo contrastados una serie de animales claves en la recuperación de la ganadería decidimos que, cuando apareciesen los hijos de esos animales volveríamos a dejar toros, como así estamos haciendo. Sin querer, nos ha venido bien, porque la pandemia la hemos pasado sin carga de corridas de toros. Hemos tenido mucha suerte.

¿Para 2023 habrá ya hijos de esos sementales de los que nos hablabas?

Así es, a partir del 2023 ya habrá toros para poder dar el paso a las corridas de toros. Le tenemos fe al futuro, principalmente por dos toros, los cuales son padres de los toros que lidiaremos en el 23, porque los hijos de esos toros han llegado a cuatreños y cinqueños. Matemática no hay, pero la selección es para eso, hay que buscar una línea y una media.

Carlos ya por ir rematando, ¿qué le parece que las figuras se estén animando a lidiar los toros de Santa Coloma en las ferias?

Yo siempre digo lo mismo: tengo una edad y la vida la veo como un ciclo. Hay ciclos en los que se pone de moda una cosa más que otra. Si nos vamos a la historia de cincuenta años atrás, estuvo de moda Núñez, Santa Coloma y ahora Domecq. Como confío en los ciclos, creo que otros encastes se pondrán de moda y volverán a cambiar. Por necesidad, hace falta variedad de encastes. En este caso, Morante ha dado ese paso, intentando matar ganaderías que no se ven habitualmente y las figuras son las que hacen cambiar el momento y los gustos de la afición, en definitiva, es lo que le gusta al aficionado.

FOTOS: PABLO RAMOS