Este 2022 se presentaba como un año crucial para la carrera de Daniel Luque, uno de esos toreros que ha probado las mieles, pero también los sinsabores de una profesión que demasiadas veces le ha llevado hacia una montaña rusa que no beneficiaba en nada su carrera. Tras unos años en los que se vio postergado a ferias de menor categoría, el de Gerena le dio la vuelta a la tortilla y empezó su escalada hacia el lugar que ahora ocupa.
De la mano de Carlos Zuñiga emprendió un viaje que le ha llevado a asentarse en un lugar privilegiado del escalafón. Daniel desde muy chico siempre dejó patente que tenía cualidades para ser alguien en el toreo, pero con eso no bastaba, el trabajo y el sacrificio tenían que ir de la mano para llegar a donde soñaba. La perseverancia y el no aburrirse le hicieron que cada paseíllo fuera un peldaño más en su escalera hacia el éxito. Y por fin este año está recogiendo esos frutos, un 2022 en el que las plazas más importantes, con y sin lote, han visto el momento por el que pasaba Daniel.
Actualmente lleva toreadas 26 corridas de toros en lo que llevamos de temporada con cuatro salidas en hombros consecutivas. Mont de Marsan, Roquetas de Mar, Huelva -indulto incluido-, El Puerto de Santa María y Azpeitia. Plazas en las que ha desorejado a astados de Victoriano del Río, Alcurrucén, Juan Pedro Domecq, Garcigrande y La Palmosilla. Sin duda en este final de julio y comienzo de agosto el torero de Gerena ha visto recompensado ese esfuerzo en forma de triunfo, algo que se le atragantó en plazas como Madrid en la que no ayudaron los toros.
Un torero que ya había dado varios golpes al inicio de temporada cortando una oreja a un toro de Victorino en Valencia o uno de Alcurrucén en Arles, pero sin duda su momento más importante de la temporada vino en Sevilla, plaza en la que conseguiría salir en hombros por la del Príncipe tras cortarle tres orejas a su exigente lote de El Parralejo. Por fin conseguía su sueño de salir en volandas camino de Triana. Ese que venía ganándose en los últimos años y que ahora pudo refrendar.
Tras Madrid vinieron plazas de menor categoría como Aranjuez donde paseó una oreja de un toro de La Quinta, o Zamora, plaza en la que le cortó una oreja a cada toro de su lote. Pero los golpes más fuertes los dio en Torejón, plaza en la que le cortó tres orejas a su lote de Buenavista o la francesa de Saint Sever, coso en el que desorejó a un animal de la Ventana del Puerto. Pamplona y Valencia palparon durante el mes de julio a un Luque que estaba a punto de eclosionar y colocarse por fin en el lugar que buscaba. Oreja a los toros de Fuente Ymbro y Algarra en su paso por dos picos importantes de montaña.
Ahora afronta un intenso agosto por delante con su vuelta al Puerto, su presencia en la plaza francesa de Dax con seis toros de La Quinta, Málaga en un desafío ganadero entre Pallarés y Fuente Ymbro entre otras plazas que deben irse cerrando a lo largo de los próximos días. Sin duda Daniel Luque se ha aupado a un lugar envidiable del escalafón en una temporada que debe refrendar en los tres meses que quedan por delante para tener un puesto asegurado en 2023 en los carteles de mayor boato del escalafón.