Los festejos taurinos tienen diferentes modalidades y aristas: existen los que se dan en la plaza y los que se hacen fuera de ella. Dentro de los que se realizan en una plaza de toros están los populares y los festejos de lidia, mientras que fuera de la plaza la totalidad son populares. La suelta de toros y vacas por las calles es algo muy común en la zona levantina, una tradición que está propagando por toda España.
Los festejos populares, y más a campo abierto, nos muestran imágenes curiosas no exentas de peligro. Los animales tienen total libertad para moverse por un lado u otro sin el acotamiento de las calles cuando se hace en el centro de los pueblos, localidades o ciudades. Aquí el animal debe estar flanqueado por una columna de caballistas que hagan que el astado no se salga del recorrido o el circuito habilitado para ello.
En esta ocasión, una de esas imágenes curiosas, se vivió cuando unos jóvenes se subieron a lo alto del capó de un Mercedes de alta gama al paso de uno de los toros que estaba recorriendo el encierro, momento en el que el toro se aquerenció en ese lugar y empezó a cornear los bajos del coche. Por suerte fue llamado rápidamente por un mozo y los allí presentes pudieron dejar de estar en peligro.
Normalmente para este tipo de festejos se suelen utilizar coches grandes y robustos, vehículos de campo y no un coche de esta gama, ya que puede sufrir graves daños cuando un animal bravo se encela hasta provocar graves destrozos.
El pasado mes de agosto este portal se hacía eco de un momento de alta tensión vivido en un festejo popular a campo abierto. Fue en la localidad de Romancos (Guadalajara), allí un animal hizo por uno de los coches que disfrutaba del encierro y que se interpuso entre el astado y un joven que había quedado a merced del animal tras resbalar cuando hacía un quiebro.
Gracias al rápido quite de un 4×4 el toro no hizo por el joven, el cual pese a la carrera no puede huir del animal, intentándose subir al coche, no sin dificultad. El animal lo tenía entre ceja y ceja pese a que andaba ya protegido por el vehículo. Tras subirse en la parte alta volvió a caer al suelo, esta vez si que el toro hiciera por él. Por todo esto es fundamental ir a los encierros con vehículos habilitados para ello y no con un coche de alta gama, el cual no sirve de ayuda en momentos de tensión como el que vemos en el siguiente vídeo -a no ser que el animal se escapase del recorrido del encierro-