La pregunta de cuánto cobra un torero es, quizá, de los tabús más importantes que existen en la historia del toreo. Vamos a intentar arrojar algo de luz tomando como referencia al referente de todos, aunque no sea su ejemplo el más común de los profesionales. Se conocen los sueldos mínimos, que son los que establece el Convenio Colectivo Nacional Taurino, pero fuera de él los cachés que las empresas pagan a los toreros se desconocen públicamente, y los empresarios y los apoderados obvian siempre hablar de ellos de forma oficial. José Tomás no se sale de esa tónica y siempre ha mantenido en secreto cuánto cobra, algo que no ocurre en otros campos como el futbolístico, por ejemplo, en el que es público cuánto cobra por temporada Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos. No es así en el mundo del toro, al ser contrataciones individualizadas por plazas y empresario.
Respecto a la dificultad de contratar a José Tomás en algunas épocas, se puede recordar los 365.000 euros con que se especuló en su última actuación por tarde en Las Ventas, el 5 y el 15 de junio de 2008. En comparación, podemos asemejarlo con el cerca del millón de euros que se dice que ha ingresado Talavante por las cuatro tardes del ultimo San Isidro. Y han pasado ya casi quince años desde aquellas dos tardes históricas.
Lo cierto es que el equipo del madrileño ha estudiado siempre con detenimiento todos los datos que se generan alrededor de una actuación del torero: aforo de la plaza, incremento de los abonos, subida del IPC y aumento -en su caso- del importe de las localidades. Así, los rumores que se ocuparon de los honorarios de José Tomás en su celebérrima encerrona de Nimes, en 2012, tasaban en 600.000 euros la ‘minuta’ del artista, aunque soló Simón Casas y el equipo del torero conocen la verdad. Lo cierto es que entonces todos los beneficios de aquella mañana fueron para el torero. El empresario tuvo bastante con el incremento de los abonos.
Pero esa forma de actuar -bastante más adecuada a la realidad que los métodos habituales- levantó muchas críticas entre el empresariado, que llegó a organizar un aquelarre para pactar entre todos los honorarios máximos que debían pagarse al de Galapagar. De aquella reunión -de la que se enteró el torero, claro- salió beneficiado el empresario que rompió la baraja negándose a firmar el acuerdo, y muy perjudicado el que dicen que organizó el encuentro, que hasta se vio llamando a la puerta del mismísimo JT en su casa de Estepona con la esperanza de poder contratarlo para alguna de sus plazas. Y tardó lo suyo en volver a pisar una de ellas.
También cuentan los mentideros -ninguno de nosotros estaba en aquel despacho cuando sucedió la siguiente historia- que hubo una plaza en la que Salvador Boix tuvo que explicarle con datos al gerente cuál era la media del precio de sus entradas la última vez que José Tomás actuó allí, cuántos abonados había entonces, cuántos había ahora y cuánto se había encarecido el precio de las entradas (20 por ciento) comparado con el incremento de los honorarios (18 por ciento). De dónde habría sacado el flautista esa información… «De la web de tu empresa…», espetó el catalán.
Sin embargo, las dos encerronas que ha protagonizado esta temporada José Tomás, en Jaén y Alicante, las han organizado dos empresas ajenas a José Tomás pero con el protagonismo único del torero, que no ha querido incluir los festejos en los abonos de sendas plazas -únicamente ha dado el derecho a los abonados de estos cosos a adquirir de forma anticipada sus localidades-. Y, por tanto, la práctica totalidad de la taquilla va para él -exceptuando el pago a los ganaderos y los gastos de gestión de la empresa-. Las entradas en Jaén y Alicante iban desde los 30 euros -que se agotaron en minutos- hasta los casi 200 euros -por cuatro toros-. La plaza de toros de Jaén tiene 10.500 localidades y mayor es el del coso de Alicante.
Pero todo lo expuesto es mera especulación, porque nadie quiere decir ni una palabra sobre este tema, debido al ocultismo que encierra la carrera de José Tomás. Como concluía sus actuaciones aquel asombroso mentalista ovetense que respondía al nombre de Anthony Blake: «No le de más vueltas; lo que acaba de presenciar sólo es producto de su imaginación…».