ENTREVISTA

‘Dulce’, una oda de bravura que seguirá padreando: «Tenía ese galope armonioso y rítmico del que hablaba don Álvaro Domecq»


miércoles 12 junio, 2024

El ganadero madrileño Victoriano del Río no se lo pensó dos veces y le cortó los testículos a uno de los toros más importantes del ciclo isidril para que siguiese padreando en el campo a través de la inseminación artificial.

Victoriano Rio
La familia Del Río y, a la izquierda, el toro "Dulce". © Luis Sánchez Olmedo y Plaza 1

Uno de los primeros ganaderos de bravo que se adentró en la inseminación de toros bravos fue Álvaro Domecq en su vacada de Torrestrella, pero Victoriano del Río también ha sido un pionero en estas lides. Hace unos años decidió clonar a “Aldeano”, un animal destacado dentro de su ganadería, y para ello acudió a una empresa estadounidense Viagen, que le garantizaba al 100% esa clonación. Una práctica que ya intentó llevar a cabo allá por los años 80 estudiaron la posibilidad de clonar a “Alcalde”, el semental que más éxitos ha dado a su ganadería, pero en aquella época el coste de la operación era cuatro veces superior al de ahora y las probabilidades de éxito eran muy pocas.

Pero amén de esa citada clonación, en casa de Victoriano del Río se ha seguido a rajatabla esa pauta que empezó a marcar hace décadas el ganadero y rejoneador jerezano. La inseminación es una fórmula de poder transmitir la genética de ciertos animales que por h o por b ya no lo pueden hacer, bien porque murieron en la plaza o ya de viejos en el campo. Esta práctica es muy común en la vacada madrileña, que durante años ha repetido el proceso en diversos cosos donde sus animales han derrochado esa bravura que tanto les llena.

Como relatamos en este medio hace algunos meses, esta familia ganadera le cortó las turmas (los testículos) a cuatro toros de la casa lidiados en Sevilla y Madrid, una serie de animales que pese a morir en el ruedo tendrán la posibilidad de transmitir su simiente a las vacas de la casa. Se trataba de “Impuesto”, “Digno”, “Jaceno” y “Espiguita”, astados lidiados por Sebastián Castella en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla y Andrés Roca Rey y Francisco de Manuel en La Monumental plaza de toros de Las Ventas el 30 de septiembre y el 12 de octubre respectivamente.

Ahora con las turmas de este “Dulce” la vacada madrileña de Victoriano del Río tendrá en su mano inseminar a un número importante de vacas con la simiente de un toro con el que Borja Jiménez alcanzó un triunfo de clamor en la primera plaza del mundo. A la salida de la plaza nuestro compañero David Jaramillo captó una instantánea donde se veía como Victoriano del Río llevaba una nevera donde estaban depositados los testículos de “Dulce”, uno de los toros más importantes de la Feria, un astado que se ha llevado el galardón al mejor toro del serial en los premios fallados recientemente por Plaza 1. Una técnica que también han utilizado otros ganaderos de la talla de Santiago Domecq, Álvaro Núñez o Borja Domecq, ente otros, que decidieron no dejar pasar la oportunidad de cortarle los testículos a varios toros en plazas como Sevilla, Bilbao, Valencia o Madrid entre otras.

Pablo del Río: «Fue un toro muy caliente, que llenaba todo el ruedo»

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El toro «Dulce», en el ruedo de Madrid. © Plaza 1

Por todo ello quisimos hablar con Pablo del Río, hijo de Victoriano, un alquimista de la bravura que ha conseguido colocar a la vacada madrileña en un lugar privilegiado del escalafón. Una charla distendida con nuestro compañero Javier Fernández-Caballero donde el ganadero madrileño nos habló de las bondades de un astado que dejó el listón muy alto, un animal que mereció la vuelta al ruedo en el arrastre por su bravura, nobleza y entrega.

«Dulce es de esos toros que se recordará por su nombre; será una faena que se recordará para siempre en Madrid. Tenía ese galope que decía don Álvaro Domecq, un galope armonioso y rítmico. Fue un toro muy caliente, que llenaba todo el ruedo. Los quites que se le hicieron los aguantó, y aunque le cuidaron en el caballo, empujó en ese segundo puyazo. A través de ese galope, hizo una faena que llenó todo el ruedo, y algo que me llamó la atención, y es que además de esa clase absoluta y de la colocación de la cara y la entrega, tenía una de las cualidades que buscas, pero es muy difícil de encontrar: era de los animales que se enganchaban a los vuelos«, añadía el ganadero.

Un festejo donde la autoridad no aprobó la totalidad de los animales presentados por la familia madrileña: «Nos quitaron tres toros en la corrida del día 7 y un toro en la del día 16. El que no aprobaran la totalidad de los animales fue culpa nuestra, porque debíamos haber llevado los toros más rematados, ya que los quitaron por falta de remate. Madrid necesita una preparación muy potente, porque ese ruedo tan grande se come a los toros, y entre el ejercicio físico, la preparación y el tema del remate…«, expone Pablo del Río.

Respecto al juego de ambas corridas Pablo del Río fue franco: «En la primera de nuestras dos corridas hubo tres o cuatro toros que nos gustaron bastante, no del nivel de “Dulce” pero sí de triunfo. Y en el del día 7 hubo también tres toros que nos nos llenaron como ganaderos, es cierto que se puede estar mejor, pero creo que nuestro paso por Madrid este San Isidro ha sido satisfactorio«.

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Borja Jiménez con la oreja del toro. © Plaza 1

Una Feria donde saltó un animal de unas cualidades extraordinarias, un toro que se llevó el premio al toro más bravo de la Feria que otorga Plaza, pero ese no fue el único que llenó como ganaderos a la familia del Río, también hubo otro ejemplar del que se llevaron las turmas para inseminar a sus vacas: «Sí, hay dos toros que nos llevamos las turnas, los dos en un estilo parecido: el toro “Cocinero” del día 16, al que Rufo le cortó una oreja, y “Dulce”. De ambos cogimos los testículos para poder mantener un tipo de embestida que nos resulta muy difícil de localizar. De esas familias hay más sementales en el campo, pero con esa entrega, con esa bravura completa y con esa manera de siempre estar calientes con el galope y poder mantener esas líneas hay que hacer todo lo posible por seguir su estirpe».

¿Cuántas hembras se pueden inseminar con las turmas de este toro de Victoriano del Río?

Victoriano Del Rio
Victoriano del Río y su hijo, Ricardo del Río, en el callejón de Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Pablo del Río nos habló sobre el número de hembras que se pueden inseminar, la fertilidad de estas y las posibles crías que saldrían de estos animales: «De cada turma salen entre 30 y 80 pajuelas, y de ahí el índice de fertilidad es del 30-40%. De uno saldrán unas 12 crías, y del otro 25 o 30«, nos explicaba el citado ganadero.

Ya por último, y aprovechando la llamada al ganadero madrileño, también quisimos cuestionarle sobre su paso por Sevilla y Madrid, dos ferias de máxima exigencia: «Lo que sí me atrevo a decir, que nos ha inculcado mi padre siempre, es que Madrid es lo más importante que hay en el año. Hay muchísimas plazas a las que le tenemos un cariño especial, pero a Madrid tratamos de llevar lo que entendemos que es lo mejor. La cuidamos con énfasis especial, y todo el año se circunscribe a Madrid».

Dos toros que son el fiel reflejo de aquello que buscan unos ganaderos que son conscientes del tipo de animal que están exigiendo tanto los toreros como el público. “Dulce” fue un toro excepcional en todos los sentidos, ese al que Borja Jiménez le realizaría una faena que únicamente el presidente de aquella tarde valoró con una oreja, una faena que os contamos de la esta manera el pasado viernes 7 de junio.