Muchos son los ganaderos que han buscado soluciones alternativas al ganado bravo, es decir, introducir en sus fincas nuevos elementos que le den un mayor rendimiento a éstas. En las fincas situadas en zonas serranas o de dehesa, los ganaderos son plenamente conscientes de los beneficios que tiene a final de año el arrendamiento de zonas para la montanera o la compra directa de cerdos ibéricos, algo que realizan desde hace tiempo ganaderos como Aurora Algarra, Dolores Aguirre, Fernando Sampedro o Juan Pedro Domecq, por poner algunos ejemplos.
En el caso de la ganadería que marca a fuego a sus animales con la V de Veragua, éstos van más allá, ya que desde el 2019 se pueden encontrar los productos de la casa en países tan lejanos como China, México, Australia, Singapur, Tailandia o el Caribe, pasando por toda la Unión Europea. Se trata de un proyecto que fusiona la artesanía en la elaboración de unos productos 100% ibéricos de bellota con las nuevas tecnologías.
Si esta divisa está considerada una de las más importantes dentro del sector ganadero de bravo, tampoco la del cerdo Ibérico le va a la zaga. Al igual que sucede en la vacada Victorino Martín con sus vinos, los jamones 100% Ibéricos criados en Lo Álvaro han alcanzado gran popularidad en el mercado europeo y mundial al recibir durante los años 2008, 2012, 2013, 2014, 2015 y 2020 los “Oscar” del mundo de la alimentación: los “Great Taste Awards”.
Se trata de la quinta generación de criadores y empresarios de la más alta calidad sigue representada por la familia Domecq: Juan Pedro, Teresa e Isabel, familia que tiene tradición vinícola y ganadera desde 1730. En su origen estos fueron fue una de las principales familias bodegueras del país metiéndose de lleno en el mundo ganadero para darle publicad a sus bodegas. Con el tiempo el toro acabañaría por asentar a esta familia en la historia del mundo del toro.
Otro de los puntos a favor que tiene la crianza del toro bravo en esta zona es la continua presencia de encinas y alcornoques, amén de dar sobra y cobijo a los animales, cada 7 u 8 años se realiza la saca del corcho, un oficio tradicional asociado con el sostenimiento de la dehesa y de la población en entornos rurales. El periodo para la saca del corcho en la dehesa de Extremadura abarca desde principios de junio hasta finales de agosto.