Muchos son los espadas que el paso de los años y su posicionamiento como máximas figuras del toreo han cumplido el sueño de ser ganaderos tras la compra de una finca en propiedad y la adquisición de animales bravos para comenzar ese proyecto que tenían en la cabeza. Uno de ellos es el extremeño Alejandro Talavante, torero que allá por 2010 decidió comprar una punta de vacas y crear su propio hierro. Tras muchos años seleccionando el ganado y dotando a este de su propia personalidad llegaron unos triunfos que hicieron ver que iba por el camino correcto.
Dos lustros después de esa compra, y gracias a la amistad entre ambos, Nacho Fernández decidió sumarse a este proyecto al hacerse con el 50% de la vacada y asociarse con el propio Alejandro. Tras hacer sus pinitos con una pequeña punta de vacas, ahora el ex futbolista del Real Madrid se convertía en propietario de una vacada en clara progresión, un hierro del que se habían nutrido otras divisas como Torrealta o Álvaro Núñez.
Como bien se informó en su día, pese a firmar un acuerdo empresarial y tener ambos la mitad de la ganadería, es el matador extremeño el que se encarga de la selección de los animales. Un proyecto ilusionante tanto para sus propietarios como para unos aficionados que han visto en esta vacada una de las divisas con mayor futuro del campo bravo. Tanto Alejandro como Nacho saben que su sitio -por el momento- está en las novilladas, no teniendo excesiva prisa para empezar a lidiar corridas de toros en cosos de entidad.
El Casar, el municipio arriacense donde se encuentra la finca «El Quinto», ahora propiedad de Nacho Fernández
Pero no todo el ganado se encuentra en la explotación ganadera que posee el espada extremeño en Badajoz: el deportista madrileño también se llevó un número pequeño de vacas (unas 50 aproximadamente) a su finca de El Casar (Guadalajara), unos animales que marca a fuego con el hierro de La Gineta, dado de alta este en la Agrupación Española de Reses Bravas (AERB). Se trata de una explotación ganadera que lleva por nombre «El Quinto», una finca de unas 10 hectáreas donde pasta el número de vacas suficiente para poder dar de alta el hierro en dicha asociación.
Como observamos en los datos que nos proporciona la propia web de la AERB, la representación de ésta no recae en el propio Nacho Fernández, sino la empresa GESTINAFI S.L., una Sociedad Limitada constituida el 9 de septiembre de 2012 y cuya finalidad es la gestión y explotación comercial de derechos de imagen de deportistas, la gestión y el asesoramiento especializado de instalaciones y servicios deportivos y la representación de futbolistas y deportistas en general como queda constatado en el siguiente enlace.
Tal y como ha podido saber y constatar este medio, se trataba de una finca de recreo dedicada al porcino, una pequeña explotación que con el tiempo, y ya en las manos de su nuevo propietario, ha ido ampliando poco a poco su extensión con la subida paulatina de animales. Poco a poco la finca se ha ido extendiendo gracias a la compra de varias parcelas en una zona de monte que ampliaron la extensión total de la finca para dar cobijo a la totalidad de la ganadería. Se trata de una finca que se encuentra prácticamente en la frontera con la Comunidad de Madrid, perteneciendo prácticamente la totalidad de su extensión a Castilla la Mancha.
2010, punto de partida del hierro de Talavante, forjado con simiente Cuvillo-Garcigrande y que ahora también comparte con el futbolista
Hay que tener en cuenta que en el citado año 2010, Alejandro Talavante fundó su propia ganadería adquiriendo vacas y sementales de Núñez del Cuvillo. Posteriormente se añadieron a las reses adquiridas vacas y sementales de Garcigrande.
Se trata de una ganadería de bravo que pasta en la finca «Los Arrifes de Arriba» en el término municipal de Olivenza (Badajoz). Allí se encuentra prácticamente la totalidad de un hierro que da cobijo a un número importante de cabezas de ganado entre machos y hembras. Un proyecto ganadero que ha cuidado con mimo el diestro extremeño, ese que ha buscado pulir los defectos de los animales y acrecentar las virtudes de los mismos.
Un proyecto ganadero que tiene muy marcadas las señas de identidad de dos ganaderías como Núñez del Cuvillo y Garcigrande, dos hierros con personalidad propia que dotaron a esta vacada de una simiente muy particular. Un hierro con una gran amalgama de familias provenientes de ramas distintas dentro de ambas ganaderías, donde la variedad de pelajes es palpable al existir dentro de la misma animales ensabanaos, coloraos, castaños, jaboneros, negros, burracos o melocotones.
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