Morante es torero incluso para tatuarse. No sólo por una temporada 2021 en la que ha dado la cara en todas las Ferias y ha explotado de toreo en muchas de ellas, sino por toda una vida entregada al toro y a la tauromaquia. Ha creado cuasi una religión seguida por miles de personas que acuden a su cita cada vez que se anuncia en una plaza de toros.
Una religión digna de llevarla en la piel para toda la vida, como así lo decidió Szabi, un aficionado a los toros húngaro que hace unas temporadas se tatuó al genio de la Puebla en su brazo. Reside en Holanda, pero se crio en una ciudad en el condado de Bács-Kiskun, según desveló hace tres temporadas al diario ABC en una entrevista. Le hicieron el tatuaje fuera de nuestro país durante dos días y sin duda que será un gran recuerdo que habrá lucido orgulloso especialmente esta temporada, en la que José Antonio ha derramado el aroma torero que posee allá donde ha hecho el paseíllo.
Un tatuaje diferente, de un torero diferente y para un aficionado diferente. Una genialidad, al fin y al cabo.
No es el primer tatuaje taurino que vemos: la peculiar historia de Diego Ligero y Juan José Padilla
Diego Ligero García es otro aficionado de Alcázar de San Juan, en la provincia de Ciudad Real, que se tatuó el rostro del torero jerezano Juan José Padilla en su gemelo derecho coincidiendo, además, con la retirada del «Ciclón de Jerez«, anunciada por el propio matador.
La de Diego y Juan José tiene una conmovedora historia detrás que narró a este medio: «Por un accidente laboral perdí un ojo, pero más allá de venirme abajo, vi en Juan José Padilla todo un ejemplo de superación, de querer tirar hacia adelante pasase lo que pasase, de afrontar cualquier dificultad con la voluntad de hacerle frente por la Puerta Grande», dijo.
«Decidí que tenía que hacerme este tatuaje para que fuese conmigo el lema del maestro jerezano toda la vida, y sorpresivamente también ha coincidido con que Juan José haya anunciado su retirada», concluye el alcazareño.