TEMPORADA DE MORANTE

Las 10 faenas más geniales de Morante de la Puebla en 2021


martes 2 noviembre, 2021

Vistalegre, Granada, Alicante, Jerez, Málaga, Linares, Salamanca, Sevilla, Madrid y Jaén marcaron la temporada de Morante, un artista revolucionario que consiguió alzarse como el número 1 de la temporada.

Morante (3)

Morante de la Puebla ha sido, sin duda, el torero de la temporada. Bajo sus hombros han reposado gran parte de las Ferias y gracias a su genialidad ha logrado encandilar tarde tras tarde a los miles de aficionados que han seguido y perseguido su religión. Casi medio centenar de festejos ha completado el diestro cigarrero y hoy repasamos diez de las obras más geniales que José Antonio ha creado en los ruedos en los que ha hecho el paseíllo este 2021.

14 de mayo en Vistalegre: lo vinieron a abroncar

Morante Vistalegre

Morante, con personaje y sin él, con filias y fobias, es distinto. Para bien y para mal, porque José Antonio, el de la Puebla, es cualquier cosa menos anodino. Morante es todo lo contrario, porque sólo una fina línea separa el amor del odio; es imposible odiar sin querer o haber querido. Lo contrario del amor es la indiferencia heladora con la que sentenciaron a Ponce a la muerte del primero. O la tibieza mortecina con la que le dedicaron leves palmitas antes de arrastrar al cuarto sin botín. Lo de Morante recogiendo ceremonioso la tremenda bronca que le dedicaron los paganos tras pasaportar al de Daniel Ruiz forma parte de su triunfo.

Tanto como lo hacen las verónicas encaderadas, con la barbilla rascando corbata y la suerte cargada con el cuerpo entero que le dedicó al segundo nada más aparecer. Que fueron brillantes, mas no rotundas, pero es que lo meramente vulgar de José Antonio está fuera de la capacidad de más de medio escalafón. Igual que lo están los naturales a pies juntos con los que tocó al vuelo y se llevó la arrancada tras la cadera sintiendo cada bufido en la piel. Porque a Morante o se le siente en el alma o te revienta las tripas; lo demás, sencillamente no existe.

20 de junio en Granada: el arrebato de Morante en la Monumental de Frascuelo

Morante Granada 1

Un arrebatado Morante arrancó en Granada la oreja del deslucido cuarto aquel 20 de junio, un animal que iba constantemente por encima del estaquillador, algo que intentó domeñar José Antonio a base de toque sutil, de trazo limpio, de acompañar mucho la embestida por el lado izquierdo y de imponer gobierno a su tranco. Cuando se sintió podido el animal, quiso huir hacia las tablas, pero el empeño de Morante fue hacia adelante, buscándole el pitón contrario y encontrando el toreo con más voluntad que pulcritud por la mano zurda. Mató de estocada entera y paseó una oreja.

27 de junio: el embrujo de Morante en Alicante

Morante Alicante

A una mano saludó Morante al quinto, animal al que dejó su cuadrilla un gran tercio de banderillas. Por ayudados por alto comenzó faena José Antonio al hilo de tablas, sacándose con plena torería al animal a los medios de la plaza y hundiendo al tendido en olés. Extraordinaria la forma con la que toreó a cámara lenta en las siguientes series, acompañando la embestida con su genial concepto. Y siguió brotando la magia: toreo ante el carácter por momentos reservón del animal. Tras un pinchazo que evitó pasear doble premio, metió una estocada y paseó un apéndice de peso.

24 de julio: recital de toreo de Morante en Jerez

Morante 2

Jerez es alegría, flamenco, arte y compás, gastronomía, caballos, toros y toreo. Una tierra regada por la sal y la cercana brisa proveniente de sus pueblos vecinos. Tierra de buen vino, gente amable y sensible, una tierra de poetas, toreros, guitarristas y cantaores, de flamencos y artistas. Una tierra diferente, una afición entregada al buen toreo. Como diferente es el toreo de Morante de la Puebla. El que hizo en la ciudad gaditana. Dicen que no hay nada mejor que no parecerse a nadie. Ser fiel reflejo de uno mismo. El arte del toreo es impredecible, genuino, único, por eso vivir una tarde de toros siempre puede traer consigo la mayor de las sorpresas. Torear es crear arte ante la muerte, bailarla, burlarla, ganarle la partida. Morante torea con todo el cuerpo, crea, improvisa, imagina un toreo tan grandioso que ni el es capaz muchas veces de controlarlo. Y así lo demostró en su compromiso jerezano.

20 de agosto en Málaga: Picasso en una obra artista

Morante Malaga

El delirio morantista llegó en el cuarto, un animal al que José Antonio le paseó una oreja. Fue un animal con cierta chispa. El torero paró la petición de devolución al ver virtudes en el animal. A base de inteligencia, de parsimonia, de estructurar y saber bien qué debía hacerse en cada momento al animal, Morante sonsacó derechazos limpios y de bello trazo y naturales de uno en uno que llegaron arriba. El epílogo muleteril, con muletazos por abajo llenos de magia, llegó con fuerza arriba. Un pinchazo y una estocada un punto baja pusieron fin a la obra, que valió un apéndice.

28 de agosto en Linares: de Monstruo a Monstruo

Morante 4

De Monstruo a Monstruo. Morante cortó un rabo en Linares y, con él, alcanzó una nueva cumbre en su genial temporada. Porque paró los relojes que Orobroy se encargó de acompasar y, con un bravo juampedro, construyó José Antonio una de las faenas de toda la temporada.

12 de septiembre: poder y torería ante Galache

Morante Salamanca

Recibió con un farol de rodillas Morante de la Puebla al cuarto de la tarde. Variedad en el capote de Morante arrebatado a la verónica y la plaza en pie. Explosión en La Glorieta. Se echó el capote por atrás en los medios galleando para llevar el toro al caballo. Embistió con muchísima clase el de Galache. Media verónica rematando a pies juntos pidiendo el cambio de tercio. Entregado Morante pidió poner las banderillas. Par reunido y la gente enloqueció. Por ayudados por lo alto inició la faena de muleta y con ritmo y mucha torería se lo llevó a los medios. Derechazos con la mano baja para sellar extraordinarios tandas de mucha despaciosidad. Se la dejaba siempre muy bien puesta para lograr la continuidad. Ajustadísimo Morante para que brotara la belleza en la cada serie, también al natural. Pinchazo y estocada entera. Oreja. Fuerte petición de la segunda, denegada por el presidente, que fue pitado.

https://twitter.com/Toros_Salamanca/status/1437151442226368516

1 de octubre: Morante sella en La Maestranza una de las faenas (y lidias) de su vida

Morante 1

De las tardes de su vida. Lo que La Maestranza vivió el 1 de octubre, en la duodécima del abono de San Miguel, fue un compendio de la historia taurina de Morante: capote sublime, quites con sabor añejo, el miedo del percance, el toreo roto y encajado con la muleta… lo de José Antonio fue la tarde de las tardes del abono. La previa perfecta para su cita con Miura dos días después y, sobre todo, una lección de pundonor y de torería que quedará para los anales.

12 de octubre en Madrid: una oreja de peso

Morante Madrid

El 12 de octubre cortó una oreja en Madrid al primero de Alcurrucén. Tuvo Morante arrebato para soplarle cuatro verónicas de más voluntad que pulcritud al saltito incómodo que pegaba a mitad de viaje. Y gracia hasta para coger la esclavina del mismo centro para acercar al funo al jaco. Y esperar el quite: gracia para citar, gracia para embeber y gracia para vaciar el viaje del animal con su capote. Y gracia para llevar al castaño como Joselito hace un siglo: galleando con el envés hacia el caballo de Cruz el noble tranco del toro manchego. Por gaoneras la respuesta de un Simón a punto de ser prendido. Y el universo en su montera: la que lanzó por la espalda a su ayuda tras pedir preceptivo permiso. Y a torear: a ayudar al dulcecito de Alcurrucėn para reventar Madrid en el inicio de obra más rotundo de la era post Covid en esta plaza. Y tras ello, a honrar a Chenel: pronto y en la mano decía el maestro y en tres series de riñones al aire y con el empaque como dogma siguió predicando el toreo con mayúsculas. Hasta que el burel le duró. No tiró de una porfía que no es su homilía sino de esa misma gracia en recursos como el molinete al natural final… y el deleite por ese lado. Una delicia. Y la estocada -un dedo tan sólo baja- para pasearle la oreja.

17 de octubre en Jaén: la música callada del toreo

Morante Jaen

José Antonio se llevó, con tres orejas, una tarde en la que se lidió un deslucido encierro de Garcigrande y Domingo Hernández remendado por un cuarto bis de Sancho Dávila al que Morante cuajó, mandando a la música callar después de que le hiciese al torero el “feo” de pararse a mitad de obra.