Maximino Pérez siempre deja titulares. Es un empresario con vocación, pero sobre todo con afición. Mucha. La que le ha llevado a erigirse como pieza fundamental en dos de las plazas con más éxito de nuestro país: Cuenca e Illescas, y a reinventarse en cada edición, en la que saca de la chistera alguna sorpresa que hace que el aficionado se ilusione para volver a sacar su abono. Hoy hacemos con él balance de un 2021 nada fácil.
En primer lugar, ¿qué balance hace de la temporada 2021 en sus plazas?
Hago un balance de temporada muy positivo. Todo el mundo era consciente de que había que hacer esfuerzos. Tanto en Cuenca como en Illescas había que hacer carteles que tuviesen cierta relevancia, pero estando muy pendientes de la realidad en la que nos encontrábamos. En lo artístico, en ambas plazas el objetivo se ha cumplido con creces; la apuesta económica, ha sido deficitaria lógicamente, pero sí hemos dejado sembrado mucho. En Illescas, tras año y medio, nos encontramos en septiembre con ese gran mano a mano, que fue de un rotundo éxito con una grandísima corrida de Rehuelga. Eso hizo que la gente ya se quedase predispuesta para que, cuando tengamos la Feria del Milagro, todo el mundo vuelva.
¿Cómo valora la entrada que hubo?
El cliente potencial de los festejos taurinos está por encima de los 45 años de edad, una franja donde las personas hemos sido mucho más prudentes y más comedidas a la hora de ir a festejos multitudinarios, y ahí sí nos ha costado un poco más de trabajo. Fue un poco decepcionante la entrada que hubo en Illescas con unos precios muy económicos, y yo esperaba un poco más. Lo entiendo y soy consciente de las circunstancias que eran y nada tendrán que ver con 2022, o eso espero.
Sin duda, este es un invierno en el que esperamos que a la afición se le termine de ir el miedo a acudir a espectáculos. Todo necesita su tiempo.
Las circunstancias dicen que, según se desarrollan las semanas o meses, deberemos ir dejando atrás el coronavirus, y las circunstancias dentro del sector no han sido fáciles. Ha habido muchísimas empresas que han dependido de las ayudas televisivas; en nuestro caso gozamos de muy buena salud en ambas ferias y plazas y nunca hemos dependido de ello. Cuando arranquemos la temporada, siempre hay buenas entradas tanto en Olivenza, como en Illescas, Valencia, Castellón… y la realidad llega a partir del mes de abril o mayo, en el que vemos el termómetro real de la temporada. Y puede ser peligrosa por las circunstancias.
¿Cuándo será el Milagro?
La Feria del Milagro será entre los días 5 y 6 de marzo. Estará compuesta por una corrida de toros y una corrida de rejones y tengo que contar con lo más granado tanto a caballo como a pie y con los toreros más destacados y más relevantes en esta temporada tan inusual. Todos aquellos que han hecho ese esfuerzo son los que se merecen estar en esa Feria.
En Cuenca, ¿se recuperará en 2022 el abono?
Sí, se recuperará el abono. No con los mismos festejos anteriores a 2020, pero con tres corridas de toros a pie y una de rejones. Debemos reactivarlo por la cantidad de abonados que tenemos en la ciudad. El aforo impedía ese abono este año, no se podía adquirir esa localidad, y creo que haciendo una feria más corta, nos vamos a volver a ir a cuatro festejos. Hay unos 4.500-4.700 abonados a la Feria aproximadamente.
¿Qué crees que el toreo debería tratar este invierno?
Debería tratar un tema muy delicado que a mí me ha preocupado mucho y que está en manos de una parte del sector. A lo mejor no es mi plano, pero a los ganaderos se les ha maltratado. El que más ha sufrido, sin duda, ha sido el ganadero. A mí me daba pena cómo las grandes figuras mataban los 25 toros que les apetecían de grandes ganaderías, y a algunas les exigían no matar toros cinqueños… todo eso es un rebote. Hace que los ganaderos eliminen ganaderías porque se desilusionan. Puede ser que nos encontremos que en cuatro años no haya toros si el sector sube en cuanto a número de festejos. Toros para el año que viene habrá, pero el problema son los venideros. Muchos ganaderos no han podido salir de todo esto, y no nos estamos dando cuenta. No creo que se les haya tratado bien.
¿Qué otras propuestas de viabilidad debe tratar el sector?
Hay que reducir gastos generales en las corridas, sobre todo en seguridad social, de personal, de cuadrillas… hay una inflación muy grande y no va a ser fácil recuperar esos festejos menores que hay en plazas de tercera y cuarta categoría, que es donde nace la tauromaquia. Sinceramente, no le estamos dando importancia. Me gustaría que alguien haga una estadística de lo que se ha toreado este año y quién lo ha toreado, y nos daremos cuenta que a la parte modesta de los toreros los hemos dejado en la cuneta porque no ha habido festejos. Alguna medida deberemos tomar.
Bajo su punto de vista, ¿qué le parece el nuevo convenio extraestatutario para la viabilidad de festejos como novilladas que ha sido boicoteado por una parte del sector?
En plazas de tercera y cuarta hay un problema. No nos damos cuenta que el coste tan elevado en ese tipo de plazas hace inviable un festejo taurino. Esa devaluación llevará a muchas personas que dependen tanto de cuadrillas como de ganaderos y de toreros a sentarse en el banquillo e incluso a plantearse si seguir o no en la profesión. Las medidas de viabilidad que se han tomado para plazas de tercera y cuarta no son suficientes, y si no se siguen tomando, veremos el verdadero termómetro de la situación. Este sector no está preparado para solucionar problemas de tanta envergadura. Y lo hemos demostrado en la pandemia: no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en cosas relevantes en la situación más cíitica del último siglo para la tauromaquia.