Hablar de la ganadería madrileña de María Antonia de la Serna, ubicada en las cercanías de la localidad de Buitrago del Lozoya, es hacerlo de una de las divisas más especiales del campo bravo. Una vacada que ha sabido mantenerse a lo largo de los años pese a las dificultades propias de los tiempos y de un sistema que ha orillado a encastes de este cuño, puro Santa Coloma. Hablamos con una mujer sin pelos en la lengua, amante de sus grises, a los que mima cada día y de los que se siente orgullosa de un hecho: el mismísimo José Tomás, de becerrista, eligió este hierro para curtirse al lado de su abuelo antes de romper en novillero.
María Antonia de la Serna es una mujer que, junto a su familia, lucha por seguir manteniendo viva la llama de una ganadería especial. En la finca ‘El Bosque’, del citado término municipal, muy cerca del Puerto de Somosierra, se crían los animales de procedencia Santa Coloma vía Dionisio Rodríguez con algún aporte de la rama Vega-Villar, astados que hacen de este hierro una joya genética que protegen esta casa dese los años 80. Hoy nos adentramos para conocer una de esas ganaderías que están fuera del foco de las grandes ferias y que, en silencio, sigue trabajando para mantener una sangre tan particular.
La historia santacolomeña de María Antonia de la Serna
P- María Antonia, cuéntenos en primer lugar el origen de la ganadería, ¿cómo llega hasta sus manos?
R- La historia es muy particular. Mi padre era Pablo de la Serna, ganadero de toda la vida, de ahí viene mi amor por el toro bravo. Aquí estoy junto al toro desde 1970. Posteriormente en 1984 ingresé en la Asociación de Ganaderías de Lidia tras comprar 25 cabezas y un semental de Santa Coloma al Marqués de Valdueza. De ahí en adelante se ha intentado seguir manteniendo esta sangre tan particular que tenemos en casa.
¿Una ganadería como la suya ha notado la pandemia? Es decir, ¿sigue igual que en 2019 o por el contrario ha reducido vacas para adaptarse a la situación que vivimos hoy en día?
La pandemia no nos afectó como para quitar vacas madres. Como a todos nos ha dado un golpe fuerte y el no poder lidiar nos dejó animales en el campo. Fueron momentos muy duros. Gracias a Dios estamos mejor que hace dos años. Nosotros actualmente tenemos 130 vacas de vientre, vendí antes de la pandemia unas cuantas porque quería reducir la ganadería.
Un toro el de Santa Coloma debe mantenerse en tipo para que éste pueda sacar en el ruedo todas las virtudes de su encaste. El trapío no lo da la báscula.
Así es, el toro ademas de serlo tiene que parecerlo. Aquí se cría un toro bajo, fino y acapachado de cuerna. Lo que ha sido el el encaste Santa Coloma toda la vida. Aquí predomina el toro cárdeno y el ensabanado, dentro de una amalgama de pelajes en el que también puede verse algún negro, pero es menos usual.
«Buscamos la bravura por encima de todo, un animal encastado»
Nos habló del fenotipo del toro de casa, pero cuéntenos cómo es el toro que buscan en casa.
Buscamos la bravura por encima de todo, un animal encastado. La raza del toro es algo que se está perdiendo y que nosotros en nuestra medida no queremos perder. Ahora empieza la época de tentaderos, vamos atrasados por la pandemia, las hembras han cogido volumen, en primavera tentaremos lo atrasado y lo que toca este año.
Entiendo que pese a la dureza que estáis viviendo en el campo ya se ve algo la luz tras el túnel. ¿Cuántos animales tenéis para este 2022?
Nosotros basamos nuestras temporadas en los festejos menores, becerradas, novilladas sin caballos y algunas con caballos. Los toros van destinados prácticamente en su totalidad a festejos populares. Para este año hay 30 toros de los cuales 20 son ya cinqueños. Luego también tenemos unos 12 erales y algunos utreros. Entre todas las camadas tenemos unos 50 animales.
«José Tomás torea tan bien porque me compró 25 vacas de novillero con su abuelo»
De esos cincuenta animales supongo que ya tandeéis hablado algo para esta temporada.
Quiero ir a Soria, han venido a comprar unos toros para Valencia y se han interesado algunos pueblos de la Comunidad de Madrid. Nos encantaría ir a la Copa Chenel, creo que para ganaderías como la nuestra es un escaparate bonito. Ojalá se vayan cerrando cosas, estamos muy ilusionados con volver a meter la cabeza en corridas de toros.
Estamos viendo como últimamente las figuras del toreo se están apuntando a corridas de la rama Santa Coloma, algo muy positivo para la fiesta, ¿piensa así?
Yo pienso que sí, Morante es un torero que me gusta mucho, es de agradecer lo que está haciendo por ganaderías que estaban orilladas. Otro torero al que admito profundamente es José Tomás, torea tan bien porque me compró 25 vacas de novillero con su abuelo. José Tomás es un torero que en su juventud tentó muchos animales de casa. Es un diestro que sabe torear muy bien: él torea de verdad, se pone en un sitio donde pocos lo hacen. Ojalá tome el camino de Morante porque tiene capacidad para ello y más.
FOTOS: PABLO RAMOS