Hablar de Juan Carlos Carreño es hacerlo de un hombre dedicado plenamente a su profesión, un veedor de toros de afamada reputación que tiene entre muchos de sus cometidos buscar el toro que saldrá por la puerta de chiqueros de Las Ventas. Tras más de 30 años junto a la familia Chopera, conoce el toro como nadie. Desde chico le enseñaron a amar y ver a este animal en el campo, a escuchar a los mayores y a impregnarse de ellos. Lo aprendió todo de su padre, al cual admira profundamente. Aprendió y trabajó con el que considera su mentor, se forjó a base de esfuerzo y tesón; siempre está presente en las grandes tardes, pero se siente más a gusto en un segundo plano, fuera de los focos. Está más cómodo en el campo, lugar al que considera su casa.
Admirador profundo de Don Manuel, uno de los empresarios de mayor fuste que dio la tauromaquia. No le teme a la responsabilidad y la palabra vértigo no entra en su vocabulario. Carreño es un hombre que se hizo así mismo y que conoce como la palma de su mano a las ganaderías de la mitad norte de España. Su trayectoria junto a empresarios y toreros de fuste le cuajó como el gran veedor que es. Queríamos saber de su historia, de su niñez y de cómo ve el toro del futuro. Abrimos el libro por la primera página y así le conocemos un poco mejor.
«Don Manuel Martinez Elizondo, para mí, fue el mejor empresario que ha dado el toreo»
PREGUNTA- En primer lugar, ¿cuál es tu historia? ¿Cuáles son tus comienzos en el mundo del toro y cómo empiezas a ser veedor?
RESPUESTA- Actualmente es muy complicado ser veedor profesional, porque no hay gente que te enseñe, que te lleve al campo, gente que te oriente de cómo ver un toro y para qué plaza puede valer, ese es el principal problema que hay hoy en día. Los jóvenes no se interesan, no lo viven y así es muy complicado. Desde chico me rodeé de grandes hombres del mundo del toro como Pablo Lozano, Teodoro Matilla o Miguel Criado ‘El Potra’. Ellos tenían una relación estrecha con mi padre. Siempre digo que gracias a mi padre tuve al lado a los mejores, gente que tenía un don para esto. Sabían ver un toro perfectamente, se conocían prácticamente todas las ganaderías, las tenían en la mano. Te hablo de un tiempo en el que las comunicaciones no eran como ahora, no había Internet ni teléfonos móviles. Eran otros tiempos. Yo empecé muy joven con mi padre Simón Carreño, que es un hombre que siempre estuvo unido a la familia Chopera, a D. Manuel Martínez Elizondo, con el que yo coincidí también unos años trabajando. A su fallecimiento seguí trabajando con los hijos durante 23 años.
Sin duda tu padre ha sido un espejo en el cuál mirarte. Cuéntanos un poco su historia.
Mi padre fue torero, luego banderillero, más tarde apoderado, para acabar trabajando con la familia Chopera. En su breve carrera como novillero llegó a recibir consejos de Manolete, algo de lo que siempre pudo presumir. Sin posibilidad de tomar la alternativa, cambió el oro por la plata del vestido de banderillero. Podemos considerar a Simón Carreño como un hombre reconocido y respetado. Sus conocimientos de la procedencia de los encastes, hechuras de los toros y exigencia del público lo convirtieron en uno de los mejores veedores del momento. Trabajó con personajes de la talla de Paco Camino o Diego Puerta, ambos apoderados por la Casa Chopera. Yo trabajé junto a él en su última etapa, para mí siempre fue un referente, del cual aprendí todo lo que se. Tengo el orgullo y la satisfacción de haber trabajado junto a él en su última etapa.
Otra persona fundamental en tu vida taurina fue Manuel Martinez Elizondo, un empresario del cual guardas un cariño especial.
En mi casa siempre se le tuvo un gran respeto, de ahí que siempre le llamáramos Don Manuel, ya que para nosotros siempre fue un extraordinario empresario y una gran persona. Me dolió mucho su pérdida, para mí fue el mejor empresario que ha dado el toreo. En mi humilde opinión es el único empresario que de verdad se sentía apoderado del público. Y eso son palabras mayores. Fíjate si fue buen empresario que dio toros tanto en Europa como en América. No conozco a nadie que no lo admirara, yo siempre le tuve, a parte de un cariño especial, un enorme respeto.
«Te puedo decir es que hay menos toros en el campo»
¿Cuántas temporadas y para qué Ferias y empresas has sido veedor de toros bravos?
Para la familia Chopera trabajé más de 30 años. Le embarqué corridas para prácticamente todas sus plazas. Salamanca, Bilbao, San Sebastián o Logroño. Cuando la familia Chopera tenía un gran imperio en Francia también estuve en plazas de la talla de Bayona, Mont de Marsan o Vic. Date cuenta que tenían muchísimas plazas, se daban toros prácticamente todas las semanas, era un trabajo muy duro pero precioso. Luego en 2011 tuve una muerte súbita que me paró en seco. Cuando salí de ella al no seguir con Óscar y Pablo Chopera me coloqué de veedor con un caballero y un gran torero que se llama José Antonio Morante de la Puebla. Trabajé desde 2013 hasta finales del 2016. En 2017 me llamó Plaza 1, hablé con José Antonio y desde entonces ando subido a este barco para trabajar en la zona norte de España y Portugal.
¿Qué problemas te estás encontrando a la hora de reseñar toros en Las Ventas esta temporada?
En principio no me estoy encontrando con ese problema, lo que sí te puedo decir es que hay menos toros, es decir, si cuando yo voy a una finca normalmente reseño entre 12 y 15 toros, ahora estoy viendo que no suelo encontrar más de 10 en muchos casos. Lo que sí siento es el miedo y el temor a que esos ganaderos no tengan toros para temporadas venideras. Vamos a vivir años complicados para plazas de primera por el toro que se exige en éstas. No hay que olvidar que el ganadero cuando ha quitado animales de su ganadería quita los más pequeños, no los más grandes, ya que sabe que el toro de Las Ventas es el animal más caro de España. Sino pudiera ir a Las Ventas sabe que en las calles se busca ese tipo de toro. Los ganaderos no son tontos, han dejado el toro serio, ya que este es el que mayor rédito económico les puede dar. El problema estará en la camada de toros para el 2025, y me explico. Al reducirse el número de madres el porcentaje de toros será menor. Por tanto, el verdadero problema será cuando se lidien los becerros que nacieron del último trimestre del 2021 en adelante, ya que la pandemia llegó con los toros ya en las vacas, por lo que dicha reestructuración no se pudo llevar a cabo hasta el otoño del pasado año. Los becerros del G2 serán la primera camada post-pandemia.
Esa problemática que puedes encontrarte en el campo por la disminución de toros con el trapío suficiente para Las Ventas, ¿a qué se debe?
Se debe a varios factores. Para empezar en la edad del toro de saca. Notamos una gran diferencia entre el toro cuatreño y el cinqueño. Estos últimos si están más rematados, mientras que los que están cumpliendo de toros si vemos que están algo más atrasados. Con la subida de costes es lógico que el ganadero haga sus números, cuadre cuentas y tome nota. Por pura lógica este año se van a a seguir lidiando mucho cinqueño, toros con un año más de hierba. Pero hay un tema que también me preocupa y es el de las novilladas. Los ganaderos al ver que se pagan poco y mal, deciden no apretarles para su remate. La situación el difícil y les entiendo, otra cosa es que lo comparta. Sin ir más lejos estamos teniendo problemas a la hora de encontrar utreros para el inicio de temporada en Las Ventas. Vistas están desde hace tiempo, pero como pasa con el toro el número de animales no es el que quisiéramos para estar tranquilos. Si antes encontrabas diez ahora cuesta un mundo encontrar seis con el remate y el trapío que exige esta plaza.
Carreño, veedor de Las Ventas: «Hay ganaderos que están pasándolas canutas»
Sin duda en años venideros al bajar el número de toros en el campo para plazas de temporada como Madrid y no reducirse el número de festejos el precio del ganado entendemos que se ajustará a su precio real.
Eso pasará, como bien dices, cuando la demanda sea mayor que la oferta, ahí si debe haber un reajuste de los precios, pero el problema lo vamos a tener hasta llegar a esas fechas. El toro en la pandémia bajó mucho de precio. Las corridas en el mejor de los casos se vendieron a mitad del valor que tenían en 2019, y al ganadero, que el gran sufridor de todo esto, se le han multiplicado por dos o por tres los gastos, lo que es un auténtico disparate. Creo sinceramente que no se está siendo justo con ellos, y es normal que miren cada céntimo que gastan, ¡hay ganaderos que están pasándolas canutas!
¿Afectará la crisis de los piensos a encontrar un toro más rematado para Madrid el próximo año y siguientes?
Sin duda alguna. Yo no soy ganadero, yo soy veedor de toros, pero conozco como lo están pasando. Las materias primas están por las nubes debido a las especulaciones de los mercados, es como si mercadearan con el oro o con el petroleo, porque no se entienden estas subidas de precios. Debido a ello, muchos ganaderos están tomando decisiones drásticas con sus toros, y esas no son más que intentar rematar, en los lo posible, los toros de las plazas más importantes y dejar a hierba con un mantenimiento de pienso a los toros de plazas menores. El toro se tiene que ejercitar y alimentar como un atleta, pero lo que sí es seguro es que no se proporcionará el mismo número de kilos de pienso diario que antes de la pandemia. Seguramente tocará volver a los toros de los años 70 y 80, donde los animales no se remataban como hasta ahora. Como te dije antes el toro de Madrid está en el campo, me consta que los ganaderos están haciendo un esfuerzo, pero el público tiene que ser consciente de que vamos a ir justos. El ganado bravo es un animal con el que hay que tener mucho cuidado, hay bajas, toros que se estropean los pitones, otros que enferman. La preocupación existe. Lo que si tenemos claro es que en Madrid el toro es el rey, y por chiqueros tiene que salir un animal acorde a la plaza, de eso que no quepa duda.
El futuro de los toros que se lidien en Las Ventas
¿Qué futuro le espera a Madrid? ¿Seguirá siendo plaza de temporada si escasean los toros con el trapío y el remate necesario que exige la primera plaza del mundo?
Yo soy de la opinión de que Madrid debe ser plaza de temporada, es el bastión donde se sustenta la tauromaquia, pero también tengo que decir que es una plaza muy especial, que exige un animal de unas determinadas características, pero; ¿qué pasaría si no hay animales suficientes con ese trapío para la temporada? Es una pregunta que nos tenemos que hacer todos. A lo mejor hay que dar menos corridas, no estoy hablando de este año ni del próximo, pero si a un corto o medio plazo. Son preguntas que me suelo hacer todos los días. Otras plazas pueden amoldar sus toros a la situación, pero en Madrid se cabrean, y con razón, si el toro no es el que debe salir por chiqueros. Ojalá no lleguemos a estos extremos.
Esa reducción que hablábamos antes puede conllevar dos vías: o bien anunciar otras divisas en buen momento que por ‘h o por b’ no tenían opción a entrar, o bajar el toro y amoldarse a los que hay en el campo. ¿lo ves así?
No es una opinión la que te voy a dar, lo mismo es una necesidad. A mí personalmente me gusta ver un desafió ganadero, corridas concurso…, pero no por exigencias de la crisis o por falta de animales, sino por un interés comercial. Este tipo de festejos se tienen que dar porque interesen al que paga, no por intentar salir del paso. Puede que dentro de unos años se tengan que hacer corridas de tres hierros diferentes, no te digo que no, pero a mí personalmente no es algo que me atraiga. ¿De verdad ves un San Isidro de 30 tardes con 90 ganaderías?, yo sinceramente no. No me imagino Ceret, plaza en la que llevo 33 años organizando la feria, dando tres festejos con seis o nueve ganaderías, no lo veo. Allí organizamos un mano a mano Victorino-Escolar, pero se hacía porque tenía un sentido, no por exigencias del guion.
Nos hablaste del toro en el campo, el saber verlo, el conocer cada encaste, pero hay un factor esencial que es el tiempo. ¿Quién dispara primero lo hace dos veces?
Así es, personalmente me gusta adelantarme a todos. Yo normalmente cuando acaba la feria de otoño empiezo a ir al campo. En invierno los días son más cortos y aprovechas menos el tiempo, por eso me gusta ir antes. Date cuenta que hay ganaderías que pueden tener un toro que les valga tanto para Las Ventas como para Bilbao o Pamplona, por eso si me duermo en los laureles cuando llegue esa corrida ya estará vendida. Siempre me dijeron que la vela que va delante es la que alumbra. Es fundamental conocer cada casa y a las gentes que trabajan allí. Saber con tiempo el número de toros del que disponen, hablar con el ganadero y el mayoral, escucharlos, saber que piensan de un toro o de otro, tenemos que ser un equipo. Cuando trabajaba para Bilbao hacía lo mismo que ahora. En octubre iba al campo a reseñar, ya que si yo quería llevar una buena corrida para esta plaza me tenía que apoyar en el tiempo y en la premura, sino podía encontrarme con que no había toros acordes para la feria. Lo primero que se hace es reseñar los toros, luego van los veedores de los toreros, ven las corridas de los distintos hierros, se hacen una idea y deciden a cuál apuntarse. Lo primero es y debe ser el toro.
Siendo como eres un veedor de larga trayectoria en el mundo del toro, supongo que será fundamental para tu trabajo conocer la idiosincrasia de cada plaza.
Así es, pese a que los toros de Las Ventas, Bilbao o Pamplona pueden guardar ciertas similitudes uno tiene que conocer a cada plaza, su afición, el tipo de toreros que suelen ir. Para eso tienes que tener un trabajo previo, escuchar a quien tienes que escuchar, dejarte asesorar. El toro en el campo es uno, otro en los corrales y otro bien distinto en la plaza. Luego está el tema de los ganaderos. Ver entrar en tu finca en plano mes de octubre a un veedor hace que te cambie el semblante. Le dejas reseñados diez toros para Las Ventas, el ganadero ya sabe que una vez que lidie en las Ventas va a poder tener a disposición de otras plazas los toros que volvieron al campo, por lo que podrá reestructurar su temporada e ir a plazas de primera. Humildemente creo que el trabajo de los veedores de Plaza 1 en estos años ha sido prácticamente impecable, salvo en algunos casos puntuales, no tuvimos ni un solo problema a la hora de sortear y enchiquerar a la hora anunciada. Creo que eso habla a las claras del gran trabajo durante todo este tiempo de veterinarios, equipos gubernativos o incluso de Florito; un fuera de serie en su trabajo, y eso es de reconocer.
Nos consta que eres un hombre inquieto, el cual vive por y para el toro. Un apasionado del toro en tipo. ¿Se deja asesorar la empresa por tu parte? ¿Te tiene en cuenta a la hora de reseñar ganaderías?
Totalmente, mi trabajo no consiste nada más en ver toros y cargarlos, yo ante todo soy aficionado. Conozco las ganaderías, su trayectoria, cuales pueden tener corridas y cuales novilladas. Luego es la empresa evidentemente quien decide, pero claro que tenemos voz en este sentido. Las figuras, y más en Las Ventas, tienen claro a que hierros apuntarse, pero eso no quita que esa corrida o esa novillada que tú le presentas a la empresa como propuesta de un hierro nuevo, u otra que esté en buen momento tenga en consideración Plaza 1 el darle la oportunidad de lidiar toros en Las Ventas. La empresa claro que escucha, sino sería un trabajo baldío. Piensa que yo soy comisionista, a mí me paga el ganadero, por eso tiene que haber una buena comunicación entre la gente de la empresa y la del campo.