El torero Manuel Escribano se ha fracturado el escafoides de la muñeca izquierda tras haber sufrido una voltereta cuando toreaba un toro en la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo. Después de que los servicios médicos confirmaran la fractura, Escribano tendrá que permanecer con la mano inmóvil entre cinco y seis semanas y así evitar pasar por el quirófano, lo que le impedirá realizar el paseíllo en la feria de San Cristóbal de Venezuela el próximo 28 de enero.
Un contratiempo importante para el torero sevillano, que ya se preparaba intensamente para sus compromisos americanos de las próximas fechas. Sin ir más lejos, se perderá su vuelta a una plaza y una tierra a la cual le debe mucho. La localidad venezolana de San Cristóbal ha visto cómo uno de los puntales de su corta temporada taurina no podrá comparecer el próximo viernes 28 de enero. El cartel lo componían Domingo López Chaves, Manuel Escribano, José Garrido y Antonio Suárez con los toros de Los Arangüez.
El escafoides, una lesión muy perjudicial para un torero como Manuel Escribano
Son esos percances que sufren muchos toreros los que meten una marcha más a su intensa preparación. Esta vez fue la mala suerte de verse afectado el escafoides de la muñeca izquierda. Una fractura es lo peor para un torero, mientras que en una cornada puede acortarse los plazos, cuando es fractura de huesos hay que ser mucho más cauto. El campo tiene cosas como estas; una voltereta unida a una mala caída traen consigo semanas de recuperación y pérdidas de compromisos.
Un Manuel Escribano que sabe lo que es buscarse las habichuelas al otro lado del charco: durante los años más duros de su carrera, esta tierra venezolana le abrió los brazos y le dio las oportunidades que no le daban en su tierra. Años en los que peleó por verse anunciado en los carteles, se fajó en el campo para seguir evolucionando, y cuando pudo no dejando pasar la oportunidad de torear en España. Esos años en los que Venezuela y Perú le sirvieron para no perder la fe ni la esperanza.
Ahora que está consolidado en el escalafón no le dio la espalda a esa tierra que tanto le dio, esa que siempre le fue agradecida al esfuerzo, esa que lo colocó en el mapa y le ayudó a poder seguir evolucionando. Gran parte de lo que es se lo debe a esta tierra, esa que no pasa por su mejor momento debido a la situación de país. Escribano no podrá hacer el paseíllo en uno de los últimos reductos taurinos que queda en Venezuela.
Un inicio de temporada truncado… hasta prácticamente Sevilla
Manuel Escribano ve por tanto truncado, en cierto modo, su inicio de temporada, ese en el que tenía depositas tantas ilusiones. Estos casi dos meses que estará de reposo le privará de verse acartelado en los primeros festejos del año. Posiblemente hasta principios o mediados de marzo no estará disponible para hacer el paseíllo. Pese a no estar en plazas como Olivenza o Valencia, y al estar en el aire su presencia en Castellón, el sevillano tiene en mente ya las plazas de Las Ventas y La Maestranza, en las que tiene un currículum intachable. Luego si el toreo es justo debería estar en plazas de primera como Pamplona o Bilbao, amén de plazas francesas en las que tiene buen cartel.
En total, Manuel Escribano toreó un total de 22 festejos en tierras europeas: desde su primer paseíllo Bolaños de Calatrava allá por el mes de marzo hasta el último en la localidad onubense de Niebla a mediados de octubre. Toreó en cosos de la importancia de Vic por julio o Albacete en septiembre. Entre ellas destacar su notable tarde en la corrida de Victorino en la primera plaza del mundo, logrando cortar una oreja de gran peso. Es oreja que le volvió a poner en boca de todos los aficionados, esos que ven en Manuel un torero con innumerables recursos para poder triunfar con cualquier hierro.
El impulso de Madrid le valió para hacer una temporada interesante por la geografía española. Bien es cierto que salvo Sevilla, el resto de sus paseillos fueron en plazas de menor categoría, pero siempre con corridas exigentes en las cuales el triunfo valía mucho. Encierros de Victorino Martín, Hoyo de la Gitana, Miura o Conde de Mayalde llevaron consigo el respeto de una afición que vio como el triunfo de Madrid en junio no era recompensado con su inclusión en la feria de otoño. Esa recompensa que si tuvo tras su gran tarde en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, plaza en la que le cortó las dos orejas a un importante toro de Miura.