La de Mario Sotos este 2021 ha sido una temporada, principalmente, de crecimiento y de coger oficio. Ha toreado una veintena de corridas de toros y el resultado de casi todas ellas ha sido triunfal. Teniendo en cuenta que tomó la alternativa a finales de la dura temporada del 2020, no era fácil hacerle frente a un elevado número de festejos, pero era desde el primer momento el objetivo de Mario Sotos este año y éste lo ha cumplido.
Desde que en el mes de marzo comenzase su temporada en la localidad albaceteña de Ossa de Montiel, el conquense ha tenido citas relevantes en cosos como Bolaños y Torralba de Calatrava, Cazalla de la Sierra, Villarrobledo, Consuegra o Lora del Río al final de temporada. Una veintena de espectáculos que lo curten como torero en este arranque de su carrera. De eso habla hoy con Cultoro.
«Para nada me imaginaba que la primera temporada de mi vida iba a ser así. Me siento un privilegiado por ello. Por mucho que uno quiera y busque, son las circunstancias las que mandan, y este año han salido así«, explica Sotos. «He conseguido completar faenas importantes, en las que me he sentido muy torero y en las que me he podido templar, en ese sentido estoy satisfecho», argumenta el torero.
Un final de temporada con un indulto en Lora del Río
Le preguntamos por la tarde que nunca se le va a olvidar esta temporada, y él destaca «todas», pero por encima de ellas la última de la temporada: «En Lora del Río pude indultar a un toro de José Luis Pereda y éste me permitió por momentos romperme. Fue una faena de menos a más: el toro, con el capote, embistió con mucho temperamento; con la lidia estuvo el animal muy pendiente de todo, incluso fue en tres ocasiones al caballo», explica el diestro.
El toro «se arrancó de lejos y empujó. En banderillas, yo lo veía con mucha movilidad y tenía pensado brindárselo a la cuadrilla, pero no lo terminé de ver claro y por eso no se lo llegué a brindar, porque no lo veía como el típico toro definido. Sí es verdad que le planteé un inicio de faena por abajo y sometedor, y el astado fue rompiendo, soltándose y entregándose y acabó embistiendo por ambos lados con categoría, yendo a más, y en tandas largas de siete y ocho muletazos», describe Sotos sobre el astado que se ganó la vida.
¿En qué momento crees que el animal era de indulto?, le preguntamos. «Cuando me fui a por la espada, la gente empezó a pedir el indulto y no me dio tiempo prácticamente a nada. En cuanto cogí el acero, el presidente sacó el pañuelo naranja y la afición era un clamor«, dice aún orgulloso.
Más momentos de su campaña 2021
Sotos analiza más momentos de su campaña 2021: «Ha habido tardes importantes. Recuerdo una corrida en Villarrobledo con Curro Díaz y Escribano, un encierro del maestro Espartaco, que era de cualquier plaza de segunda e incluso primera por la presentación que tenía». En este sentido, analiza que «este año hemos tenido que jugar con el hándicap de que salía mucho toro con cinco años y casi seis» y eso, para un torero nuevo, no es fácil de sobrellevar. «El toro con un año más, desarrolla más, acusa la edad y no es fácil. En tu primera temporada de matador, es una complicación», reconoce el torero manchego.
No ha llegado una tarde dura, según expone el diestro: “Sí es verdad que me he encontrado con toros difíciles, pero gracias a Dios no he tenido ningún percance”, afirma.
¿Confirmación en Madrid en 2022?
Le hablamos de Madrid y una posible confirmación en 2022, algo que afirma ilusionarle: «Lo que sí tengo claro es que voy a intentar ir lo más preparado y lo más cuajado posible. Para ello trabajo en el día a día, en los entrenamientos, en el campo, en las corridas de toros… es como una especie de entrenamiento que te permite crecer y estar listo para afrontar la tarde de tu confirmación«, defiende.
Y, por último, le hablamos de la evolución de su concepto este 2021: «He intentado torear lo más profundo posible, por abajo, con mucha naturalidad… y sobre todo he querido dar esa imagen de que, aunque seas nuevo, se vea que eres un matador de toros preparado», concluye.