Esta semana era noticia en este medio la compra por parte de José Antonio Alonso de la ganadería extremeña de Luis Terrón, una adquisición que se hizo en silencio y que no ha trascendido hasta hace pocos días. En el trato quedaron fuera tanto el hierro como la divisa, teniendo que empezar de cero a la hora de formar la vacada, es que compartiría cercados con sus hermanos de Peñas Blancas. Así, José Antonio le dará su nombre a este nuevo proyecto que le vino por casualidad, pero que le entusiasmó desde un principio.
Pero más allá de la línea Murube, en esta finca ubicada en las cercanías de Mérida hace tiempo que se crían los astados de procedencia Torrestrella-Marqués de Domecq que cuidara con mimo la familia Sánchez de Ybargüen Tras llegar a las manos de este ganadero, introdujo nuevas sangres respetando siempre la base de la ganadería que había adquirido años antes.
Ésta es una vacada con una gran solera, que ha lidiado en un número importante de plazas a lo largo y ancho de nuestra piel de toro, y que ahora está en manos de un ganadero que sueña con devolverla a las ferias tras unos años fuera de ellas. Por eso queríamos hablar con su actual ganadero, un hombre honesto y con los pies en el suelo, que sabe lo que tiene y no quiere que se le escape el caballo por ir deprisa. Ya sabemos que, en el toreo, no son buenas consejeras.
Sánchez de Ybargüen y aquella histórica tarde en La Maestranza que encumbró a Raúl Gracia ‘El Tato’ y Pepín Liria
Una de las tardes más importantes de este hierro fue la vivida en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla el 27 de abril de 1996, fecha en la que cortaría tres orejas y saldría por la Puerta del Príncipe de Sevilla. Un festejo donde su compañero Pepín Liria rozó la gloria con las manos, cortando finalmente dos orejas -una en cada toro- en una tarde que abrió un Litri que paseó también un apéndice del cuarto animal de la tarde.
En aquel festejo Servidor 46, Verdurero 49, Escandaloso 37, Almendrito 38, Esparraguero 43 y Diabético 35 propiciaron junto a los tres espadas una tarde histórica en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, una tarde donde Raúl Gracia ‘El Tato’ salió a hombros por la Puerta del Príncipe mientras que Pepín Liria lo hizo por la puerta principal.
Un festejo que tiene una intrahistoria que cambió la vida del torero nacido en Zaragoza. Según nos cuenta nuestro compañero Carlos Crivell, «el destino les tenía reservado un premio especial. El sábado de la feria de ese año de 1996, 27 de abril, estaba anunciada una corrida de Aldeanueva para Litri, Julio Aparicio y Vicente Barrera. Pero se cayó la ganadería y fue sustituida por una de Sánchez Ybargüen. Se cayeron del cartel Aparicio y Barrera, que fueron sustituidos por El Tato y Pepín Liria, los triunfadores del día del debut de los victorinos nueve días antes«.
Aquel 27 de abril también sirvió para poner en el escaparate a Pepín: el bravo torero murciano pasearía dos orejas aquella tarde. Ambos se ganaron volver al año siguiente para revalidar triunfo con la corrida de Victorino Martín, algo que hicieron tras cortar ambos dos orejas. Ante el éxito de El Tato y Liria, la empresa había organizado un mano a mano el 19 de abril de 1997 entre ambos con una corrida de Sánchez Ybargüen, pero la lluvia lo impidió.
‘Peñas Blancas’ un proyecto ilusionante que camina con paso firme
Mérida es una tierra que huele a toro bravo, en ella pastan varias ganaderías de renombre como Jandilla, un hierro histórico que tiene su cuartel general en Don Tello. En la finca Peñas Blancas, la cual le da el nombre a la vacada, se encuentra un hierro con solera con una interesante historia detrás: «La ganadería de Peñas Blancas procede de la que le compré a Sánchez de Ybargüen. Se tomó la decisión de cambiarla de nombre y ponerle el de la dehesa porque se viese el cambio. La procedencia es Marqués de Domecq, aumentada luego por la ganadería de Sayalero y Bandrés, donde compré el ganado que quedaba».
Un hierro que sigue manteniendo un número de vacas importante para trabajar con ella: «Así es, actualmente tenemos unas 140 vacas con esta sangre y varios sementales. Estamos caminando poco a poco, el trabajo se va notando, queremos ir con pies de plomo pese a tener ya resultamos importante a nuestras espaldas. El tener ese número de vacas nos ayuda a abrir las líneas y a intentar ampliar familias. El proyecto es ilusionante, el año que viene haremos 10 años con la ganadería, creo que se va notando nuestra mano».
En este inicio de año, los veedores se están dando prisa a la hora de reseñar el ganado; en Peñas Blancas hay astados para dar un paso más en su objetivo. Las plazas y las calles son complementarios en un proyecto como este: «Teníamos 32 toros, pero se han inutilizado dos, por lo que se quedan en 30. Pero he vendido ya una veintena para las calles, y en principio quedaría una corrida de toros -unos diez animales, de los que saldrían seis para poder lidiar».
Todo ganadero tiene un tipo de toro en la cabeza y en esta casa no son menos: «Buscamos la seña de identidad, de casta y que meta la cara, que dure, que sea bravo en líneas generales. El encaste Domecq es muy moldeable, nuestra rama tiene la seña de identidad de la casta y eso no o vamos a perder».
José Antonio también aprovechó la venta del ganado de Fernando Peña para hacerse con un pequeño lote de hembras, una venta que acabó en manos de varios ganaderos: «La mayor parte la vendió a la ganadería de Sagrario Moreno, que se llevó 120 vacas. También vendió a otros ganaderos, entre ellos a nosotros y a Torrenueva». Hay que recordar que este hierro toledano tenía procedencia Manolo González -Sangre Núñez- y Torrestrella, por lo que sirvió de refrescamiento para este hierro extremeño. Una divisa que cosechó grandes triunfos en la lidia de novilladas, sin duda una ganadería que dio un salto de calidad a esta de Peñas Blancas.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
