Con motivo de la quinta tertulia del año -previa a la Navidad- organizada por la Asociación El Toro de Madrid en el conocido restaurante Puerta Grande de la capital, este miércoles fue invitado el matador de toros madrileño Julián López ‘El Juli’, uno de los diestros más destacados del año tanto en los cosos españoles como los franceses. El de Velilla acudió en el día de ayer a una charla que ponía punto y final a los actos de esta asociación en 2022.
Una tertulia distendida que contó con un salón a rebosar de aficionados venidos de muchos rincones de la capital con ganas de preguntarle al invitado por diferentes cuestiones; temporada actual, faenas de Madrid, apertura de encastes y carteles, seriedad del toro, objetivos de cara a 2023… todas respondidas de una forma cordial por un torero que ha realizado en este 2022 una de las temporadas más importantes de su carrera y que acudía a este acto para departir distintas opiniones con los presentes.
Uno de esos aficionados que no se pierde ninguno de los espectáculos taurinos que se organizan en la Monumental de Las Ventas es Faustino Herranz González, más conocido en el mundo del toro como El Rosco. Este veterano aficionado -el cual nunca pasa de puntillas por donde va- quiso tocar el tema de la suerte suprema y de la particular forma que tiene Julián López ‘El Juli’ de estoquear a los toros. Una pregunta que tenía su miga y que el invitado de hoy no dudó en contestar.
«La espada es un tema complejo»
«¿Por qué no entras con la misma fe a matar los toros como toreas?», preguntó con su particular tono el reconocido aficionado venteño: «La pregunta es la espada, ¿no?», repreguntaba con gracia El Juli tras ser cuestionado por Rosco. «La espada es un tema complejo. Yo os entiendo como aficionados y viene de lejos. Yo con la tizona he tenido siempre muchísima facilidad. Tengo muchos compañeros que han tenido que trabajarla muchísimo, pero desde pequeño me parecía hasta fácil en ciertos momentos de mi vida. Tenía una seguridad y una rotundidad. Lo veía claro. Cuando llevas muchos años como torero, te empiezan a flaquear ciertas cosas y empiezas a coger vicios. No sé si sois aficionados al golf, pero ahí cambias una pequeña cosa y te deriva en un pequeño error. Vas perdiendo tu base y tu sitio y, de repente, quieres cambiar e ir al principio y no lo encuentras, por lo que te atascas de una forma que pesa mucho».
Pero ahí no se quedó en su respuesta El Juli, el cual siguió desgranando poco a poco su relación con la suerte suprema y su particular forma de entrar a matar a los toros: «Yo he pasado por momentos malos y rachas malas, como muchos toreros, y hay veces que no lo veo. Y ante eso, este año en Madrid, no estaba pasando un buen momento con la espada. Antes de San Isidro, incluso toreé en mi casa dos novilladas enteras porque no lo veía con la espada, solamente para entrar a matar. Al primero lo maté bien, y en el segundo hice exactamente lo mismo… y lo pincho. Me quería morir. Entre la primera corrida en Madrid y la segunda volví a comprar animales y era un escándalo. Pierdes el sitio absoluto. Me bloqueé de una manera tremenda».
El Juli: «A mitad de temporada de repente volví y encontré el sitio»
Un atasco con la espada que encontró la luz cuando la primavera empezó a dejar paso al verano, Madrid quedaba atrás y con ello varios triunfos de clamor que se esfumaron por pinchar a esos animales: «A mitad de temporada de repente volví y encontré el sitio. Pero soy el primero que me he preocupado y me preocupo. Cuando no mato los toros bien, soy consecuente. Y tengo que aguantar que me digas eso. Creo que soy el primero y no soy el último que paso por esto, y muchos toreros también. Y lo intento trabajar».
Al hilo de este atasco con la espada en la primera plaza del mundo, Julián recordó aquella faena a ‘Licenciado’, una de sus obras más importantes en esta plaza y que aún recuerda con un regusto amargo tras no poder cortarle las orejas: «Cuando cuajé a ‘Licenciado’, de Alcurrucén, hubiera pagado todo lo que había en la plaza por matar al toro. El que más ganas tenía de matarlo era yo. Si me cogía, que me cogiese, pero tenía que matarlo. Pero es muy complicado. Y cuando llevas tantos años de alternativa, es una de las cosas que más pesan».