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Talavante confiesa lo que realmente piensa sobre José Tomás y desvela algo que le ocurrió de niño con él


martes 9 noviembre, 2021

Alejandro Talavante explica la relación especial que le une a José Tomás y lo que realmente piensa de él desde que, de niño, le ocurrió una anécdota en la plaza de toros de Badajoz.

Talavante José Tomás
Foto: Getty e Instagram

Alejandro Talavante es uno de los toreros más geniales y con más personalidad de la historia reciente. Es uno de los diestros que más gente pueden llevar a las plazas y que más expectación pueden acaparar, algo que está maridando con una actitud oculta en cuanto a su imagen en los últimos años, especialmente tras su retirada en el final de la temporada 2018 en Zaragoza: se deja ver poco y, cuando lo hace, es tan sólo en redes sociales.

Uno de los toreros con los que parece congeniar más en los últimos tiempos, sobre todo en cuanto a estrategia, es José Tomás. Recordamos cómo el pasado mes de octubre dejaba una imagen que daba qué hablar en las redes sociales junto al torero de Galapagar en Talavera de la Reina con una frase difícil de entender: «Falta canela en rama, sobran desfiles…». Y, a partir de ahí, el aficionado comenzó a comentar la posibilidad de que, como ha hecho esta temporada, Talavante siguiese la estrategia de José Tomás en cuanto al planteamiento de su temporada 2022.

Este mismo año de su reaparición ha realizado tan sólo un paseíllo, el de Arles el pasado 11 de septiembre mano a mano con Roca Rey. Ni uno más. Y de ahí, a la instantánea junto al torero de Galapagar. Pero, ¿qué piensa en realidad Talavante de José Tomás?

Lo que Talavante piensa de José Tomás

En pocas ocasiones se ha pronunciado en público el torero pacense sobre el concepto y la trayectoria de José Tomás. Y, dentro de esas parcos comentarios en público, destaca uno sobremanera: el que un joven diestro que acababa de tomar la alternativa realizó a Jesús Quintero, El Loco de la Colina, durante su célebre programa Ratones Coloraos.

«¿Por qué no toreas con José Tomás?«. le preguntaba Quintero a Talavante. «Porque aún no ha llegado el momento«, contestaba el torero. «Pero, ¿te gustaría?», le insistía el periodista. «Claro -respondía el diestro-, te mentiría si te dijera que lo miro como a uno más. Suena fuerte, pero por mi admiración hacia él, es el culpable de que yo ya tenga cornadas en el cuerpo. Él fue el que hizo que yo un día, engañado, fuese a una plaza de toros creyendo que iba a un campo de fútbol de la mano de mi abuelo, vi los dos primeros toros, tenía la idea de que el mundo de los toros era para gente obsoleta y sin ningún tiempo de mentalidad progresista, pero cuando vi a ese hombre vi al futuro, vi a Supermán. Y yo era un niño. Fue entonces justo cuando había descubierto que los Reyes no eran los padres y que los superhéroes eran ficticios y ese hombre me dijo lo contrario».

«¿Te acercaste al ídolo?«, preguntó Quintero. «No, además a mí había una especie de barrera que no se rompe ni me gustaría romperla. Cada vez que nos hemos mirado, han sido miradas fuertes. De chicos sí hablamos. Él iba a torear todos los años, y en una feria, en el año 2000, bajé al patio de cuadrillas y yo llevaba el libro de Curro Romero, que lo acababan de sacar. Vi a José Tomás a lo lejos, en el patio de cuadrillas, y me entró por el cuerpo algo impactante, al verlo solo, con el mentón hundido, los ojos completamente perdidos. Y cuando le miré, me miró y me sonrió. Me acerqué a él, le deseé suerte y me preguntó que qué tal. Un banderillero suyo estuvo hablando conmigo, él se estuvo fijando en lo que yo me decía», explica Talavante.

«Sentí que si aquel hombre me había señalado, era por algo»

Cuando pasó la corrida, por las circunstancias, él se acercó junto al resto de alumnos de la escuela taurina pacense, que comenzaron a pedirle capotes y muletas al diestro: «Yo no le pedí nada, ya que a mí me daba miedo acercarme a ese hombre. Y, sin embargo, dijo que el capote y la muleta me lo iba a dar solamente a mí. Entonces sentí que si aquel hombre me había señalado, era por algo. Ahí dije de verdad que quería ser torero«, concluye Talavante.