REAPARICIÓN

Fernando Plaza, novillero triunfador de San Isidro 2019, vuelve a torear tras un calvario de dos años: «Nunca quise dar pena»


martes 28 diciembre, 2021

Fernando Plaza, el novillero triunfador de la Feria de San Isidro 2019 que quedó maltrecho tras una voltereta en Moralzarzal aquel año que le partió la mandíbula, regresará a los ruedos en 2022 para tomar la alternativa.

Fernando Plaza
Fernando Plaza, en la Feria de Otoño de 2019. © Luis Sánchez Olmedo

Ha llevado el calvario en secreto, como la liturgia de la profesión que reza por dentro lleva intrínseca, como la cornada que hace brotar la sangre a chorros pero la patata pide ocultarla y seguir ofreciendo el alma a los pitones. Sin un mal mensaje, sin un llamativo comunicado, sin una voz que clamara misericordia en un mundo en el que ésta no vale. Y no vale porque no existe: aquí existe la verdad, que se consigue a través del toreo, aunque se pague con la sangre que este novillero ha tributado. Y Fernando Plaza mostró esa verdad a través de su concepto para ser el triunfador de San Isidro 2019 y también para irse en silencio cuando un toro le partió la mandíbula en Moralzarzal aquel año, en el que toreó incluso infiltrado en Zaragoza y Valencia. Y nada más se supo de él. La corta memoria del toreo no preguntó por él, salvo Madrid, la plaza que lo espera para tomar la alternativa en 2022.

Cuando el próximo mes de marzo se enfunde el traje de torear, Fernando Plaza llevará casi 900 atardeceres sin ponerse el chispeante; 900 noches en las que el culo ya duele en el banquillo, y por eso pesa un poco menos el miedo cuando tienes el funo delante. 900 amaneceres en los que incluso ha estado comiendo por una pajita y sin poder andar ni trotar porque un mal movimiento le hacía ver las estrellas que el toro le enseñó en la cubierta madrileña. Y así, en silencio, ha ido llevando la carga por la calle de la amargura del trabajo en solitario.

«Ha sido largo, porque han sido ya casi dos años, pero al menos puedo decir que el percance de Moralzarzal no me ha dejado secuelas en la mandíbula. Es una zona muy delicada, e incluso toreé después del percance en Moralzarzal en Zaragoza y Valencia aquel año, pero bastante mermado. No estaba bien…», confiesa en palabras a Cultoro el novillero madrileño, que se acerca ya al millar de días sin hacer el paseíllo en una plaza de toros.

Así fue el percance de Fernando Plaza en Moralzarzal

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Plaza, toreando de capote. © F.P.

Y no por falta de oportunidades, porque le han citado desde los Circuitos de la Fundación Toro de Lidia y desde la Gira de Reconstrucción, sino por la ardua recuperación que ha debido llevar tras el percance: «Fue una voltereta, en el segundo novillo que me tocó; me cogió en los medios en el primer estatuario y, al caer, me rompí los huesos de la mandíbula y me tuvieron que hacer una operación dura. El posoperatorio no es que haya sido muy complicado, pero sí ha sido lento», expone el joven, que vive actualmente en las cercanías de la ciudad madrileña de Aranjuez.

«Han sido dos años que me han impedido torear. La verdad que al año siguiente, en 2020, sí que me llamaron para torear en el Circuito de novilladas, y les estoy muy agradecido, pero no me vi capacitado físicamente, aunque sí mentalmente. Yo quería torear pero no podía», confiesa Fernando Plaza.

«Ha sido algo oculto. Nunca me ha gustado dar pena. Es algo que ha ocurrido y ya está, lo asumo porque a los toreros les ocurre esto. Estaba puesto en la Gira de Reconstrucción, y no pude ir, me tocaba recuperarme bien y ahora quiero seguir dando pasos en firme para llegar a la alternativa», señala Plaza.

El sueño de tomar la alternativa la próxima primavera en Madrid

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Otra imagen de Fernando Plaza, en la Feria de Otoño de 2019. © Luis Sánchez Olmedo

¿El sueño de Fernando Plaza? Doctorarse en Madrid, la plaza que lo alzó como triunfador isidril en 2019: «Era mi séptima novillada picada, y ser el triunfador habiendo toreado muy poco en el campo, para mí fue un paso muy importante. Estoy muy contento y quiero que sepa Madrid que sigo siendo el mismo», dice a las claras el joven. «Ya estoy pensando en la temporada que viene. Hay muy pocas cosas, pero Madrid es la que da y quita, y espero que me dé mucho; quiero tomar la alternativa allí», dice Plaza.

«Ya veremos lo que depara el futuro. Lo que tenga que ser, será. No me importaría ir de novillero, pero tampoco de matador. Estoy preparado para la alternativa. No he dejado de entrenar en ningún momento, mi cabeza está preparado y quiero entregarme de corazón a Madrid. No he dejado de estudiar el toreo en estos dos años, de sentirlo, de vivirlo. No he dejado de pensar en él ni un minuto y quiero entregarme por completo a la profesión», predica el novillero sobre la liturgia que le da vida.

¿Sus toreros? Los antiguos: «Tengo predilección por los castellanos y castizos: Antoñete, Yiyo, Teruel… y también por toreros poderosos como Ordóñez«. Pero hay uno que le quita el aliento: José Mari Manzanares. «Su toreo marcó época y marcó generaciones», loa de su figura.

El Fernando Plaza que se encontrará la afición en 2022

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Fernando Plaza, en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Y habla Fernando sobre el torero que se encontrará la afición y Madrid en los albores de la próxima temporada: «Se van a encontrar a un Fernando Plaza mejorado del que vieron en 2019, que ha evolucionado en madurez, en cosas muy profundas de hablar fruto de hablar constantemente con toreros … sigo siendo el mismo, pero ahora intentando buscar más la pureza, intentando torear mejor, muy profundo y despacio, pasándomelos más cerca«, expone.

Y lanza un llamado a la esperanza final cuando aún está oficialmente sin apoderado: «Estoy muy ilusionado con alguien que ha creído en mí; habrá una noticia muy importante dentro de poco, un apoderamiento de un hombre que ya se interesó por mí en 2019 pero no pudo ser. Ahora nos hemos vuelto a encontrar en el camino y estoy muy contento por ello; se está dejando la piel y está poniendo todo de su parte«, concluye Plaza.