Dicen los taurinos antiguos que a un matador de toros se le reconocía de paisano hasta por los mismos andares que llevaba entre la gente. Que sólo la forma de vestir de calle y de mirar eran de torero. Hay valores, muchos, que aún perduran en el mundo del toro y por los que se le reconoce a un diestro sin llevar el vestido de luces puesto, pero en los últimos meses ha saltado a la palestra de las redes sociales una polémica respecto a varios vídeos y fotografías publicadas por el propio Alejandro Talavante en las que se le ve toreando en el campo con un pendiente: ¿Frivolidad o personalidad?
Todo el que conoce externamente a Alejandro Talavante sabe que es un torero peculiar, con una acusada personalidad y que siempre ha sido diferente a los demás. Ya el pasado mes de septiembre en Arles, Talavante explotó reventó de torear en una tarde de ambición madura que pretendió subrayar su estatus. No sólo fue contra Roca Rey aquella tarde del Arroz, sino contra él mismo y sus fantasmas la batalla de Alejandro, al que le brotó el toreo hasta en dos animales y en otro se le difuminó éste en el intento. Y fue contra su propia sombra, pero también contra su rival. Y por eso ha acaparado la atención en las últimas semanas.
Torear con pendientes, ¿un rito roto o una acusada personalidad?
Esta imagen del pasado mes de agosto, mientras se preparaba para su compromiso de Arles, está tomada en la ganadería de Álvaro Núñez, en tierras portuguesas. Talavante se prepara en una casa que, por cierto, debutará como corrida de toros en el año 2022 en la misma Real Maestranza de Caballería de Sevilla dentro del abono de temporada.
Esta otra imagen, tomada en la misma casa unos días antes, ya hizo saltar la polémica: «Yo es que, con todos los respetos al maestro, lo de torear con un pendiente en la oreja no termino de verlo», señalaba un usuario de Instagram. A ese mensaje contestaba otro aficionado: «Porque tú no estás pendiente de lo que tienes que estar pendiente«, le decía en tono jocoso.
Y, a su vez, le volvía a responder el primero: «No es estar pendiente o no estar pendiente, es cuestión de protocolo, liturgia… De sobra veo lo que el maestro hace o deja de hacer con las telas, lo que no es impedimento a que ponga mi comentario si sale toreando con un pendiente, digo yo…», añadía éste. Otros intentaban quitar hierro al asunto: «Maestro, ¿qué estás tentando, un tigre? Brutal el pelaje atigrado que tiene», añadía otro perfil.
Por último, compartimos más imágenes de Alejandro Talavante toreando con un pendiente, en este caso en fincas como Los Alburejos. «A ver si nos quitamos el arete para tentar…», señalaba otro usuario tras la imagen. «A ver si dejamos que cada uno se ponga lo que quiera», le contestaba otro. Polémica servida, sin duda.
Otro tema aparte es el de la indumentaria de algunos matadores de toros y novilleros cuando van a realizar labores camperas y tentaderos. Pero eso da para otro capítulo.