Miguel Bosé está siendo, en los últimos días, noticia en los distintos medios de comunicación. Su presencia en éstos, después de la publicación de su biografía ‘El hijo del Capitán Trueno‘, es constante. Pero hay un secreto que no está saliendo tanto a la luz y que él destapó hace unos años durante una entrevista con Jesús Quintero, El Loco de la Colina, en su programa Ratones Coloraos: ¿Qué relación tienen las familias Dominguín y Ordóñez y cuál es el origen de todo?
«Siempre tuve la ilusión de hacer un documental con tu estirpe y todo lo que la rodea. Desde Orson Welles, que está enterrado en el pozo de Antonio Ordóñez, la tragedia, el llanto, la genialidad, la ideología… es un documental portentoso por los personajes», le decía Quintero a Miguel Bosé empezando la conversación sobre este asunto.
«Mi tío Pepe escribió un libro que se llamaba ‘Mi gente‘, era muy interesante y arrancaba desde más atrás. Todo el mundo conoce la vida de los tres hermanos, pero la genética parte en un momento a finales del siglo XIX y principios del XX donde esos personajes que van a cruzarse y preñarse para parir esa estirpe ya eran tela…«, describe Bosé.
El árbol genealógico entre los Dominguín y los Ordóñez
Bosé destacó a personajes como la abuela Pilar, «que era de Toledo y era una mujer con una fortaleza enorme»: «Echó a los nacionales de la casa del pueblo, en Quismondo, después de que se hubiesen comido el jamón que tenían reservado para su familia. Y los echó a golpe de huesos de jamón», señalaba entre risas. «Paría mientras segaba apoyada en una encina, envolvía al hijo en un refajo y seguía segando. Parió también en un reclinatorio», explicó Bosé. Además, recordaba que “era una coleccionista de cajas, guardaba absolutamente todo y tenía un armado plagado de cajas que contenían otras cajas que contenían a su vez recuerdos. No tiraba nada».
El «verano sangriento»
«Luego estaban las hermanas de mi abuelo, que eran unos personajes peculiares. Y mi padre es un tipo muy importante porque es el que, de alguna forma, inicia un cierto marketing que el toreo no tenía y que arranca con los mano a mano», señala sobre el origen del «verano sangriento» entre Luis Miguel Dominguín y su cuñado Antonio Ordóñez, unos meses que llevaron incluso a Ernest Hemingway a publicar un ensayo.
«Él -el padre de Luis Miguel- descubre a Ordóñez, pero con una diabólica intención, que es el enfrentamiento en los carteles como gladiadores. Y se dice que, por ejemplo, cuando había mano a mano entre Dominguín y Ordóñez, mi abuelo iba a las habitaciones de los hoteles y le decía a Antonio: Bueno, chico, el arte que tú tienes es gitano, que tienes un duende especial, alma pura, paras el tiempo… pero aquí, Dominguín es Dominguín, es el aristócrata, el que manda, el que se lleva a las mujeres de calle, el que tiene fascinado incluso a los hombres y a los intelectuales. Por eso, demuestra esta tarde que le puedes. Y se iba a la habitación de Luis Miguel y le decía: No tienes nada que hacer, chaval porque todo lo que has hecho hasta hoy, ya está sentenciado porque el toreo se llama Antonio Ordóñez. Y salían a la plaza demostrando lo que esos manos a mano históricos llevaban dentro, unos duelos que jamás podrá olvidar la gente», relataba Miguel Bosé a Quintero.
Y, además de todo, la boda entre Antonio Ordóñez con la hermana de Luis Miguel Dominguín
Además de todo eso, luego casó Antonio Ordóñez con la hermana de Luis Miguel Dominguín «para mantener viva esa ascua de conflicto y no se durmiese nada ni siquiera en el seno de la familia«, recuerda Bosé. Y, en ese momento, aparece en escena Francisco Rivera Ordóñez: «Fíjate, ese libro de Hemingway el de Verano Sangriento, el verano que echaron los dos para conseguir en el cetro del toreo. Eso no existe: esos hombres iban a morir literalmente todas las tardes». «Habla con raza«, contesta Bosé. «Este y Cayetano se las han llevado todas. Porque estos sí que tienen carga de torero por todos lados. Estaban abocados a no ser otra cosa más que toreros», concluye.