MADRID

El Capea denuncia el «agua tratada con cloro y aditivos» del Batán que provoca «estrés de líquidos» en los toros


lunes 22 mayo, 2023

El ganadero salmantino explicó a este medio las consecuencias derivadas de llevar sus toros a estas dependencias antes de lidiarse el pasado sábado en la Feria de San Isidro.

Capea
Uno de los toros de Capea lidiados en Las Ventas el pasado sábado. © Plaza 1

Muchos han sido los ganaderos que han salido descontentos del paso de sus toros por la Venta del Batán previo a su lidia esta Feria de San Isidro, e incluso alguno que no ha tenido que ir muestra su solidaridad con sus compañeros. A Pedro Gutiérrez Moya, «El Niño de la Capea», no le faltaba razón cuando pidió no llevar sus toros a un lugar donde que no estaba preparado para tener a los animales en sus dependencias, más si cabe cuando su extensión es muy limitada.

Un ganadero que ya avisó a la empresa de este problema, pero que finalmente accedió a la petición de Plaza 1. Un tipo de toro que tiene un comportamiento altivo con sus hermanos, por ello las peleas suelen ser habituales en un encaste muy particular. «Dije que mi toro no estaba preparado, no tiene la costumbre de estar en un corral. Mi toro vive en libertad total y, además, casi de manera individual, no como en otras ganaderías que viven en manada«, señalaba el pasado sábado en declaraciones a este medio.

«Si el que reconoce al toro no tiene la capacidad para verlo correctamente en estos tres entornos, es muy difícil que acierte»

Carmen Lorenzo
Un toro de Carmen Lorenzo ya en los corrales de Las Ventas. © Plaza 1

Una corrida que según su ganadero, acusó el paso por El Batán, lugar a donde llevó una corrida seria y en tipo que no fue aprobada en su totalidad por los veterinarios: «Si el que reconoce al toro no tiene la capacidad para verlo correctamente en estos tres entornos, es muy difícil que acierte con él«.

«Después hay detalles pequeños, pero que pueden ser definitivos. Entre ellos el agua, si el toro bebe un agua natural y de golpe se la cambiamos por otra tratada con cloro y otros aditivos, que son pensados para los seres humanos, el toro no la acepta tan fácilmente y tiene un estrés de líquidos que influyen muchísimo en el comportamiento después en la plaza», le comentaba el ganadero salmantino a nuestro compañero David Jaramillo.

«Aparentemente, son pijadas, detalles mínimos, pero que se traducen al final en éxito o fracaso. El toro, a nivel de órganos, riñones, estómagos, intestino, es como un niño chico. No le puedes cambiar la alimentación y los hábitos de un momento a otro. Tenemos el ejemplo en nosotros mismos cuando la pandemia. Pasamos de la libertad total al confinamiento y casi nos volvemos locos. Al toro le hacemos lo mismo y estamos esperando que no les afecte«, añadía la pasada semana El Niño de la Capea.

Finalmente, los toros de El Capea lidiados ofrecieron un gran juego en el ruedo; lástima que debieran remendarse con dos ejemplares de Los Espartales para completar la corrida de pasado sábado en Las Ventas, en la que Diego Ventura cortaba tres orejas y alcanzaba su décimo octava Puerta Grande de Madrid.

El Capea, más que un hierro con solera

Capea Arles
Un toro de Capea en el campo bravo salmantino. © A. A.

La de El Capea es ganadería que fue adquirida en 1987 por el matador de toros salmantino Pedro Gutiérrez Moya, anunciándola a nombre -primero- de sus hijos Pero y Verónica, para más tarde cambiar a San Mateo, anunciándose desde 2013 a nombre de El Capea. Una ganadería que tiene su procedencia en el ganado que José Romero Pérez le compró a Antonio Ordóñez (antes Urquijo) en marzo de 1984, siendo éste el origen actual de la ganadería. Un trato que se cerró tras la compra de 133 vacas, 36 machos y 5 sementales de la citada vacada.

La de Murube-Urquijo fue una vacada en la que opinó y escrutó el futuro del toro bravo Joselito el Gallo en sus visitas al cortijo de Juan Gómez. Hoy siguen fieles a esta sangre ganaderos tan prestigiosos como Fermín Bohórquez, Luis Albarrán, José Murube, José Manuel Sánchez y Pedro Gutiérrez Moya, entre otros. Actualmente, existen tres ganaderías que vienen directamente de esta vacada: la citada de El Capea, Carmen Lorenzo y San Pelayo, hoy en día en propiedad de su hija Verónica, en tierras cercanas a la taurina y ganadera Olivenza.

Una ganadería cuyas reses pastan en la finca Espino Rapado, en el término municipal de San Pelayo de Guareña, al norte de la provincia de Salamanca, sin duda uno de los parajes más indicados para la cría del ganado bravo por su orografía y abundancia de pastos. Allí los toros herrados con el ancla siguen perpetuando su bravura gracias al buen hacer de un ganadero que sabe todo lo que puede dar este encaste.