TEMPORADA 2022

El amargo trago de Ginés Marín: ¿Qué ha ocurrido para que no esté en las primeras Ferias del año?


jueves 13 enero, 2022

¿Estar dirigido por un torero que, a la misma vez, apodera a su competencia directa como es Pablo Aguado podría haber condicionado la ausencia de Ginés Marín de Olivenza o Fallas? Además, Curro Vázquez también dirige la carrera de un tercer torero: Cayetano Rivera.

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Ginés Marín, el pasado 12 de octubre en Madrid. © Luis Sánchez Olmedo

Este miércoles, Nautalia presentó los carteles de la próxima Feria de Fallas a la Diputación y, con ella, será el tercer abono de relevancia de la temporada 2022 en el que Ginés Marín, el último nombre importante de la pasada campaña tras salir a hombros en Las Ventas el pasado 12 de octubre, no estará presente. Tras Valdemorillo y Olivenza, abonos en los que las figuras y emergentes sí se encuentran, Valencia se suma a no anunciar al diestro extremeño, que aquel Día de la Hispanidad en Madrid lograba cuajar a un excelso toro de Alcurrucén y cortarle las dos orejas para obtener su segunda salida a hombros de la primera plaza del mundo.

Pero pongamos en antecedentes sobre el trasfondo del asunto: ¿Qué ha pasado a lo largo del invierno para este trato hacia Ginés Marín? Hay diversos puntos a llevar a análisis que no son para nada fáciles, empezando por los hechos acaecidos con la ruptura del apoderamiento que mantenía con Jacinto Ortiz, su anterior mentor.

Ortiz, propietario de la plaza de toros de Olivenza, ya estuvo al lado de Marín cuando éste era novillero, pero por distintas razones se desvinculó de él de forma profesional durante sus primeros años de matador y mientras éste estuvo apoderado por la Fusión Internacional por la Tauromaquia. Pero, en las dos últimas temporadas, Ortiz, dada la buena relación que le unía a Ginés, decidió de nuevo unirse a su carrera y apoderar al diestro oliventino, sellando así una doble campaña triunfal a pesar de las arduas circunstancias pandémicas que finalizó con el triunfo en la primera plaza del mundo el pasado 12 de octubre. Aquel hecho chocó frontalmente con el comunicado que, semanas después, llegaba a los medios en el que Jacinto Ortiz anunciaba cómo, de forma unilateral, el torero había decidido romper el apoderamiento.

Curro Vázquez entra en escena en la carrera de Ginés Marín

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Ginés Marín, el pasado 12 de octubre en Madrid. © Luis Sánchez Olmedo

Días más tarde fue cuando, desde el equipo de prensa del propio Ginés Marín, se hizo saber que el nuevo apoderado del torero pacense sería el maestro Curro Vázquez, haciendo saltar las sorpresas entre la afición taurina porque, de esta forma, llevaría sobre sus hombros -y los de su sobrino- las carreras de ¡hasta tres matadores de toros de contrastada relevancia! Por orden de antigüedad: Cayetano, Ginés Marín y Pablo Aguado.

La poesía con la que se afrontaba la nueva etapa estaba bien a mes de noviembre, pero la realidad que enero plantea es otra muy distinta: Olivenza no cuenta con él, pero eso no es algo que no se esperase tras la ruptura unilateral por parte de Marín con su ya ex apoderado y propietario de la plaza; Valdemorillo, que se presenta este viernes, tampoco cuenta con Marín, mas sí con Cayetano en sus carteles; Valencia sí tiene hueco para Aguado en uno de sus carteles estrella -apoderado por Vázquez-, pero no para Marín.

Un triángulo que se complica aún más con Cayetano

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Cayetano Rivera. © L. O.

Y el triángulo se complica aún más con la presencia de Cayetano. Porque si el rizo de dos toreros que son competencia directa por su juventud y por su concepto ya estaba erizado, se enreda aún más con un tercer nombre en la Casa Vázquez, el del menor de los Rivera, torero de dinastía y sobrino de Curro. Y que no ha conocido -ni conocerá- otro apoderado que su tío.

El caso es que, firmando uno de los hitos más relevantes del pasado año, Ginés es el que se está viendo más perjudicado de los tres toreros que Curro maneja en los despachos. Porque Cayetano tiene su público, sus plazas, su forma de entender las temporadas, y en algunos casos le lleva a aspirar a algún cartel en el que otros dos postulantes son los poderdantes de su apoderado. Un lío, vamos.

Y podremos decir que no son los tres los que lleva directamente Curro, y que Aguado es más cosa de su sobrino Fran -como ocurre, efectivamente-, pero eso no maquilla la realidad de que son tres gallos en pugna por los mismos gallineros. Y eso hace que alguno siempre salga perjudicado. Por una cuestión de estadística, mire usted.

Las preguntas aún por resolver sobre Ginés Marín

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Por tanto, la pregunta es la siguiente: ¿La competencia directa que los nombres de Ginés Marín y Pablo Aguado suponen le puede afectar al primero de ellos en más Ferias a lo largo de la temporada? Pues parece que la respuesta es sí, a tenor de lo contemplado en las primeras contrataciones. Sin embargo, el mundo del toro puede resultar muy resultadista en ocasiones, y lo que hoy empieza así, mañana se puede convertir en asao.

Pero para voltear la situación, en ese caso, hace falta estar anunciado y hacer el paseíllo, y ninguna de las dos cosas son factibles a corto plazo para Ginés, que comienza a ser el que se queda fuera en la baraja de toreros de Curro. Y el maestro no tiene plazas ni cambia cromos, porque no tiene cómo, lo que agrava un poco más la situación. No es difícil que a un torero joven y con ganas de ‘liarla’, como es Ginés, se le vuelva insostenible.

Y Sevilla en el horizonte…

Recordemos que Ginés Marín viene de una Feria de San Miguel histórica -por la extensión del abono que tuvo que asumir el mes de septiembre el abonado maestrante- en el que no estuvo presente. Ahora, con la calle Adriano en plena confección de los carteles y con Aguado como uno de los ejes fundamentales de la temporada taurina sevillana, no se antoja fácil encuadrar en dos tardes de postín a Ginés Marín en la Feria, y deberá hilar fino Curro Vázquez para mantenerlo. O para mantenerlos a los tres en la mano…