El de Martínez es uno de los encastes más interesantes del campo bravo criado por la familia Quintas -por tercera generación- en la Comunidad de Madrid. En la actualidad son tres las ganaderías que conviven en armonía bajo la tutela de esta familia de ganaderos: la ganadería ‘Quintas’, de encaste Martínez, otra que lleva el nombre de ‘La Machamona’ en la cual se hierran los animales de Santa Coloma proveniente de Flor de Jara y por último ‘El Estoque’, de encaste Marques Domecq.
La finca principal de la familia Quintas es La Machamona, finca que le da nombre al tercer hierro de la casa de sangre Flor de Jara. Una casa ganadera que tiene al toro bravo como eje, fruto de ello es la pasión con la que padres, hijos y sobrinos cuidan y mimen a los animales de la casa. Pero sin duda el ojo derecho de la casa son los toros de encaste Martínez, un tipo de toro que podríamos considerar en peligro y que aquí se cuida con especial interés.
Goyo Quintas, una de las tres patas sobre la que se sustenta el proyecto ganadero, sabe que tiene en su casa un tesoro genético, un tipo de toro especial tanto en su comportamiento en el campo como en la plaza. Sabe las dificultades que tiene criar un toro como este. Su procedencia Martínez hace que los accidentes en los animales sean diversos. Nada más entrar en la finca llaman la atención los animales berrendos, los coleteros y calceteros, animales que entran por los ojos nada más verlos.
El encaste Martínez, una joya genética del campo bravo
Aunque del encaste Martínez originario queda poca descendencia, sí permanecen algunos esbozos de lo que fue. En esta casa ganadera sigue teniendo su importancia, también lo heredó Juan Ignacio Pérez Tabernero, por su madre, María Montalvo, con un semental muy famoso de aquel hierro, ‘Diano’, que lo tenía la familia Aleas en tierras colmenareñas. Un encaste en peligro de extinción que guardan como un tesoro unos pocos románticos.
Junto a ellos, pastan en ‘La Machamona’ los grises de Santa Coloma, un tipo de toro que gusta mucho en la casa por la personalidad en la embestida que tiene esta sangre. Aquí buscan seguir manteniendo ese animal puro de Buendía, ese que en su día hicieron de Bucaré una de las fincas más visitadas por empresarios, veedores y toreros para reseñar las camadas. Dentro del encaste Domecq no se buscó la rama pura de Juan Pedro, se escogieron los animales del Marqués, un tipo de toro especial y diferente al que se criaba primero en la Laguna de la Janda y más tarde en los cercados sevillanos de Lo Álvaro.
Goyo es un apasionado del toro bravo, se le nota nada más abrir la boca. Un hombre que sabe qué tipo de toro busca, que hechuras son las mejores para cada uno de los encastes. Hoy queremos centrarnos en el de Martínez, un hierro por el que se interesó hace tiempo nada más y nada menos que Morante de la Puebla.
Goyo Quintas: «Sueño con poner a funcionar poco a poco el encaste Martínez, que se vaya viendo más en novilladas picadas»
Lo primero es darte las gracias por concedernos esta entrevista: «A vosotros por interesaros por el toro de casa, en estos tiempos convulsos hay que tener al aficionado enganchado, hacerle partícipe de lo que sucede en las ganaderías, y gracias a entrevistas como estas pueden saber más de nosotros».
Cuéntanos un poquito de donde procede el toro de Quintas, cómo llega a vuestras manos: «Pues mira te cuento, lo compró mi abuelo en el año 41. Nosotros tenemos la ganadería en Colmenar del arroyo muy cerquita de Colmenar Viejo, pueblo donde Vicente Martínez hizo un encaste propio. Al fallecer, sus herederos lo vendieron comprando mi abuelo una de las partes en las que se había dividido la ganadería. Cerraron el trato comprándolo mi abuelo en dos golpes».
Una familia ganadera que tiene tres encastes conviviendo en una misma finca, algo que sin duda debe tener su complejidad tanto a la hora de la selección como de la venta: «Nosotros tenemos claro hacia el lugar al que queremos llegar, buscamos un tipo de toro bien definido. Aquí se busca la bravura por encima de todo, pero somos conscientes que hay tres encastes y que cada uno debe tener su forma de embestir en función de sus características como encaste. A la hora de ir al mercado es cierto que unos tienen más salida que otros esos es innegable».
Un año este de 2022 en el que el campo bravo sigue causando una pandemia que ha afectado a todos los ganaderos y que ha dejado en el campo quizás más animales de los que debiera: «De Martínez tenemos unos 40-50 animales entre utreros y toros. La pandemia obligó a llevar toros al matadero, pero también es cierto que muchos ganaderos han visto como sus camadas aumentaban. Estamos en la lucha para darles salida, ya sea en festejos mayores, menores o populares».
Todo ganadero vive por un sueño, ese que le lleva a seleccionar de una forma determinada para encontrar un tipo de toro acorde a su forma de pensar como ganadero: «Sueño con poner a funcionar poco a poco este encaste, que se vaya viendo más en novilladas picadas, porque creo que es un tipo de toro que le viene bien a la fiesta. La diversidad de encastes es importantísima, es algo que no debemos perder, una riqueza que le da a la tauromaquia su sentido. Ojalá el trabajo que llevamos haciendo en casa desde hace tantos años se vea recompensado en la plaza».
Sin duda el toro de Quintas es un tipo de animal distinto a todos, queremos conocer cual es su comportamiento, su día a día en el campo: «Son toros calientes y de difícil trato en el campo. Son animales con los que hay que no se puede andar a la carrera, todo hay que hacérselo despacio, sin molestarlos, porque de lo contrario te ponen las cosas difíciles. Luego como te dije son animales de sangre caliente, temperamentales y eso se nota en el día a día. Se miden mucho, están en alerta a diario, y si no los controlamos las bajas serían altas».
Morante, con el objetivo de lidiar en alguna ocasión este encaste tan peculiar: «A nosotros nos encantaría«
Morante ha lidiado, en la pasada temporada, hierros de diversos encastes y tipologías, abriendo de esta forma el abanico y llenando de expectación al aficionado: desde la corrida santacolomeña de La Quinta que estoqueó en el mes de julio en Arles, pasando por la corrida de Miura en Sevilla, la de Ana Romero en Calatayud, la encerrona con toros de Prieto de la Cal en la Feria de agosto de El Puerto de Santa María, los ‘patasblancas’ de Francisco Galache en la Glorieta de Salamanca, sus gestos hacia el encaste Murube estoqueando un encierro de Castillejo de Huebra… y, ahora, podría hacer honor a un encaste emblemático e histórico en la tauromaquia, el de Martínez, que además tiene que ver mucho con su ídolo y referente, Joselito el Gallo.
«A su ganadero, a Goyo, le tengo mucho cariño. Pero la verdad es que no sé apenas cómo sale eso. Sí que son preciosos, porque me los ha enseñado en el campo, y sí que me gustaría hacer una cosita», comentó Morante el pasado invierno. «Se lo dije a Goyo y sí, yo que soy un enamorado de Joselito y esa ganadería que tanta historia buena ha traído al toreo, se merece una exposición a todo lujo hacia el público. Pero son ganaderías también que la entenderían aquí en Madrid o en algún pueblo de esta zona, porque son ganaderías que se alejan de su zona y el aficionado ya pierde las referencias. Nos comentaron que si Valdemorillo… podría ser. A mí me gustaría. Lo que no sé es quién va a torearla conmigo«, dijo el pasado invierno Morante en la asociación El Toro entre risas.
Una ganadería por la que se interesó no hace mucho Morante de la Puebla. Ya sabemos que ha tomado un camino que le lleva a torear todo tipo de ganaderías e intentar recuperar esas que pueden estar más olvidadas. El año pasado ya se encerró con seis toros de Prieto de la Cal en el Puerto, este año podría lidiar los toros del encaste Martínez de Quintas: «Es cierto que lo dijo, esa era su intención, no sabemos si sigue con ella en la cabeza, a nosotros desde luego nos encantaría que nos lidiara una corrida, de no ser posible que al menos sea un festival».
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS