El torero sevillano José Antonio Campuzano, que años atrás descubrió a figuras como Castella o Roca Rey, ha puesto ahora sus ojos en un novillero francés: Lalo de María. De esta forma, Campuzano vuelve al apoderamiento de un joven que aún es novillero sin picadores y que tiene un largo camino por delante. Esta tarde se ha hecho oficial el acuerdo, tal y como María Sara, madre del joven, ha confirmado a la redacción de Cultoro.
Conocida fue la trayectoria de José Antonio Campuzano al lado de Sebastián Castella, torero al que apoderó y que descubrió él mismo. Lo conoció toreando un festival en Francia con 14 años de edad y, desde ese momento, le atisbó unas condiciones innatas que luego mostró cuando él fue su mentor. Se fue a vivir a su casa y Campuzano se volcó en su carrera.
Su último gran logro fue el de Andrés Roca Rey, al que se llevó a su casa a vivir cuando éste aún era un novillero sin picadores. No se separó de él hasta prácticamente la temporada 2019: junto a él compartió la etapa sin los del castoreño, la carrera como novillero con picadores -con algunos episodios de dolor por las cornadas y otros plenamente triunfales como su Puerta Grande de Madrid-, la alternativa y los primeros años de matador.
Ahora, José Antonio Campuzano pone sus ojos en este novillero galo que, además, es hijo de una rejoneadora de excelencia.
¿Cómo piensa José Antonio Campuzano como apoderado?
Campuzano, descubridor y forjador de otros toreros como Iván García, Ángel Teruel, Alberto Aguilar, Paco Ureña en sus inicios, contó hace unos meses su experiencia como apoderado, llegando a la conclusión de que para un torero que empieza es fundamental «encontrar una persona que se dedique a él las 24 horas al día para ayudarle a llegar a figura del toreo».